Tengo miedo a morir, tengo miedo a morir, tengo miedo a morir...
Miles de miles de veces estas palabras pasaron por la cabeza de Matti. Tenía la idea de que la muerte era ese cuarto oscuro a donde llevaban a las personas que ya no servían para vivir.
Había visto como se llevaban a la abuela Margarita para nunca volver. Los adultos tenían la absurda idea de que él era muy pequeño para saber la verdad. Decían que la abuela se había mudado muy lejos, a donde estaba el abuelo. Que se había ido de vacaciones para siempre. Matti estaba orgulloso de que a sus seis años sabía que la abuela había muerto. Que había dejado de servir y que la habían llevado a ese cuarto oscuro, de puertas rojas y viejas, así como la abuela. Esas puertas que tenían un aviso de "El que no vive para servir, no sirve para vivir".
Al menos eso se imaginaba Matti. Nunca las había visto y estaba decidido a no verlas. Tenía miedo a morir. No quería ir a ese cuarto. Odiaba la oscuridad de debajo de su cama y el hecho de pasar toda la eternidad en un cuarto negro, lleno de sombras y personas desconocidas le aterraba.
Un día de esos en la escuela, Matti se armo de valor y le pregunto a su compañero Joaquín, quien era él más inteligente de la clase, por qué las personas morían.
-No sé - había dicho levantando los hombros -Una vez mi mamá dijo que Teresa se murió del susto.
-¿Quien es Teresa?- preguntó Matti intrigado.
-No lo sé, nunca la he visto. Mamá solo dijo que estaba viendo una película de terror-
Matti anoto eso en su lista como número uno.
1. Nunca ver películas de terror.
De camino a casa seguía pensando en las cosas que no debía hacer para no morir.
Cuando pasaba por el parque, vio a un anciano alimentando a los patos. Su mamá decía que los ancianos eran las personas más sabias del mundo. Movido por la curiosidad, Matti se acercó al anciano arrugado. Tenia el ceño fruncido y parecía distraído en su propio mundo. Este al parecer no estaba de humor porque respondió a su pregunta de la peor forma; gritándole.
- ¡Los años, niño!¡ Los años te matan!.- El anciano se paró de la banca y se fue enojado. Matti se sentó de donde se había parado en cascarrabias, y se quedó pensando en lo que había dicho el anciano.
"Los años te matan". Entonces, después de un buen rato, Matti llegó a la conclusión de que no volviera a celebrar su cumpleaños. Si los años mataban, cumplirlos seria toda una catástrofe. Así que, al otro día en la escuela les dijo a sus compañeros que no volvería a celebrar su cumpleaños. Fue toda una sorpresa para los compañeros de Matti, puesto que las mejores fiestas las daba él. De igual forma, para Matti, en no morir era más importante que una fiesta.
2. Nunca cumplir años.
Más tarde, en la casa de Miguel, mientras jugaban a las carreras, Matti se hizo de campeón en más de una ocasión. Miguel se decidió a correr más rápido y casi ganaba, pero una piedra se interpuso en el camino y tropezó.
El pobre Migue se encontraba sollozando en el pasto mientras su mamá le regañaba "niño, casi te matas". Matti escuchó eso y los pelos se le pusieron de punta.
¿Las carreras podían matarte? Pensó. Pues todos los otros juegos igual, ¿no? Reflexionó.
3. Nunca jugar.
Cuando Migue ya estaba vendado y sonriente, comieron galletas y leche tibia. Una buena tarde, dentro de casa.
Donde no podían morir.
Por todo un mes, Matti se había negado a jugar. No quería salir de casa para nada. Excepto cuando su madre lo obligaba a ir a la escuela. La tentación de hacer carreras era grande y poderosa pero no podía ceder.
Jugaba los juegos de mesa de su hermana mayor, leía, jugaba con Garra, su lobo de peluche. Eso lo aburrió la primera semana, pero no iba a morir, no iba a salir de la casa, que era lo mismo que morir.
Uno de esos días, había visto a Lyanna, su hermana mayor, viendo TV. No se había percatado de la presencia de Matti. Veía una película de lobos, vampiros y zombies. Estaba toda sangrienta y aterradora.
Matti, temiendo por la vida de su hermana, desconectó la TV.
- ¡¿Qué haces?! ¿Por qué desconectas la TV?
-Salvo tu vida, Lya-
-¿De qué?- Matti le explico a su hermana todo lo que sabía de la muerte, y que por ver películas de terror podía morir.
-¿Quien dijo eso, Matti?-
-Joaquin, un sabio y la mamá de Migue-
-¿Te lo dijeron específicamente?-
-Si...no...tal vez - no estaba seguro.
-Matti, ven conmigo- dijo su hermana levantándose del sofá.
-¿A dónde?-
- Sólo sígueme-
Su hermana lo llevo al parque de juegos, donde habían muchos niños en los columpios, o en el carrusel, brincando, gritando... se veían muy felices para estar en tanto peligro.
-Matti, ¿quieres jugar?- preguntó Lyanna mientras se sentaba en una de las bancas.
- No, no quiero morir- había dicho con voz decidida pero la verdad es que si quería.
-¿Estás seguro?-
Matti no respondió. Lya lo conocía muy bien. Sabía la respuesta.
- Matti, la muerte es algo inevitable y no te mentiré, le sucede a personas de todas las edades. Niños de tu edad, de menos, de más, de mucho más. Es parte de la vida. Cuando ya hemos cumplido nuestro propósito aquí, tenemos que irnos, y ese lugar no es un cuarto negro de puertas rojas. No. Es un mejor lugar. Unos le temen por miedo a dejar a las personas que aman. Otras por dejar pertenencias. Otros, hasta se adelantan. Pero, mi querido Matti, no solo es la muerte lo que importa. Vivir es lo que importa. ¿Y qué es vivir? Es disfrutar lo que tienes, de las personas que tienes. De los momentos que tienes. Dime una cosa, sino sales de casa por miedo a... morir, ¿se puede llamar a eso vivir?
Matti lo pensó:
-No.
-Exacto, no. Ahora mira a Migue. Vete y vive- le dijo sinriendole y dándole un pequeño empujo.
Matti, algo dudoso, se levantó:
Paso a paso fue acercándose.
"No tengo miedo, no tengo miedo" pensó.
-Hoy si te gano- grito Miguel que aún tenía la bandita en la rodilla.
Mientras fue avanzando, se dio cuenta de que su hermanan tenía razón. Vivir es disfrutar. Caer, levantarse, rasguñarse y divertirse.La prueba de eso era Migue. Se había caído y llorado y aun así quería seguir corriendo.
Alcanzo a Migue. Corrió con todas sus fuerzas y ganó. No a Migue, que si había ganado la carrera. Ganó al miedo.
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Tengo Miedo A Morir
Short Story"El miedo es la emoción más difícil de manejar. El dolor lo lloras, la rabia la gritas, pero el miedo te atrapa silenciosamente en tu corazón" ~David Fischman