Era una tarde como cualquier otra en la que sin darme cuenta me encontré a mí mismo solo, sentado en una reposera en el patio de casa, prendí un cigarrillo me puse los auriculares y subí el volumen a todo lo que daba.
Recuerdo que ese día estaba un poco moderado el clima, finalmente termino por nublarse por completo. Mientras que estaba fumándome ese cigarro, sentado y escuchando música en mí patio me quede un buen rato, sin escuchar ningún otro sonido más que las melodías de las canciones que iban pasando en mis auriculares, observando las nubes. Podía llegar a ver como lentamente el planeta iba moviéndose, la verdad que es algo increíble de sentir, estaba tan concentrado viendo las nubes y también como se fusionaban entre sí que no podía quitar mí vista de ellas.
Luego de un buen rato de estar totalmente hipnotizado por estas, comencé a pensar en mi abuela y papá que por desgracia ya no están a mi lado, empecé a querer tratar de verlos reflejados en alguna nube que se atravesara por mi vista, fue ahí en donde le hable a Dios pidiéndole, casi implorándole que me permitiera verlos aunque sea de lejos y por un muy corto tiempo, a esas dos personas que se marcharon hace ya unos cuantos años.
Luego de tanto rato de hablar con él le pedí que me diera aunque sea una señal a todo lo que yo le había dicho, y fue en ese mismo instante en el cual me cayó un gota de agua justo en mi rodilla, me sentí tan cerca de Dios en ese momento, porque el hecho de que le haya hablado y me haya dado esa señal que tanto le había pedido me dejo total y absolutamente sorprendido. Lo que más me sorprendió de todo esto, que a pesar de que el cielo estaba totalmente cubierto y cerrado por enormes y gigantísimas nubes negras justo arriba de mí el cielo estaba completamente azul sin ni siquiera la más pequeña nube de vapor.
Finalmente, después de todo esto como siempre hago cuando estoy solo, me quede en mi reposera viendo ese paisaje gris que se había formado por la tormenta que se venía y comencé a pensar de todo sobre mi vida, soy un chico que se preocupa mucho de cómo va a ser su futuro, de cómo le irá en la escuela el próximo año, etc... Después de haberme alterado los nervios yo mismo, como de costumbre, opte por entrar a dentro e ir a mirar un poco de televisión y a "relajarme" un poco en la cama en esa típica tarde de Domingo tan aburrida, antes de entrar, el cielo justo arriba de mi seguía tan azul como se los relate anteriormente, me había caído otra gota de agua en mi frente me quedé un rato parado al lado de la puerta y lo interprete como otro acercamiento de Dios hacia mí, también entendí que en la vida no siempre debemos preocuparnos más de la cuenta, que debemos vivir el presente, olvidar el pasado y dejar que fluya el futuro... también, dejar que la vida nos sorprenda.
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Hasta la próxima...
