Félix X Fede FNAFHS

(Habitación de Fede) Parte 2

-Creí que por fin habíamos acabado, así que intente levantarme y cuando iba a ponerme la ropa, Félix me agarró de los hombros y volvió a tumbarme.

-¿Q-que pasa, no hemos acabado?

-No, no hemos acabado.

-Me enseñó su dedo índice con una mueca burlona en su rostro. No entendía nada. Antes de que pudiera preguntarle, me metió su dedo y empezó a moverlo, hacia dentro y fuera repetidamente. Al principio no dolía, pero entonces metió otro dedo. Empezó a agilizar el proceso y cada vez el dolor se hacía más intenso.

-¿Qué pasa Fede, ya no gimes? Ya veo. Creo que tendré que ponértelo más difícil.

-Me metió un tercer dedo. Ya no podía evitar el gemir, y a Félix parecía que le encantaba eso, incluso me atrevería a decir que lo disfrutaba cómo si fuera un juego. El dolor poco a poco empezaba a mezclarse con el placer y cada vez gemía más y más fuerte.

-Así me gusta, buen chico. Prepárate, ahora viene lo mejor.

-Félix me agarró de las piernas y me acercó a él. Se desabrochó los pantalones y sacó su miembro de sus boxers.

-¡E-espera Félix!

-Introdució sólo la punta, pero a mí ya me dolía demasiado.

-A-aaaah ¡Félix, p-para! ¡Me haces daño, no puedo aguantar!

-Siguió adentrándose en mi ignorando mis súplicas hasta meterlo entero. Lágrimas empezaron a rodar por mi piel, no podia aguantar el dolor, pero a Félix no parecía importarle, ya que empezó a moverse dentro de mi lentamente.

-Félix de verdad, no puedo más...

-Cada vez añadía más velocidad, y con ello aumentaba el dolor. Cada embestida, cada movimiento... El, lo estaba disfrutando y poco a poco, yo también. En el proceso, Félix pronunciaba mi nombre repetidas veces, y yo sólo podía responder con chillidos de placer. Realmente Félix... Estaba dentro de mí.

-Fede, voy a ir más rápido, acabemos ya.

-Félix aumentó el ritmo de las embestidas aún más. Podía ver el placer en su cara, y realmente me hacía feliz poder complacerle... Tras unos segundos dijo:

-Voy a... ¡Ngh!

-Soltó todo dentro de mí. No pudimos evitar gritar de placer. Félix cayó rendido en mi cama. Tras recuperarse, se sentó, me sentó encima de su pierna y dijo mientras me abrazaba:

-Te quiero.