Prólogo

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«Yo supe en el momento que te conocí que había algo en ti que yo necesitaba. Resulta que no era algo en ti. Eras sólo tú.»

Para Louis fue inevitable no quedar enamorado de aquella sonrisa con hoyuelos, de esos momentos juntos, de esas tardes donde podía sostener su mano por un instante, de esa profunda mirada color verde esmeralda.
Tal vez esa fue su perdición, pues estaba dispuesto a ser arrastrado a través del infierno, sí con eso podría sostener su mano por más tiempo. Su magnetizada mirada lo tenía bajo hechizo y hasta podría arrojarle llamas, pero aún así lo seguiría hasta el fin.
Haberlo conocido fue una casualidad; todo comenzó cuando le suplicó a su madre ser inscrito en el equipo de fútbol. Cuando lo vio ingresar por la puerta del gimnasio se quedo sin palabra alguna; su cabello rizado iba escondido bajo un beanie color rojo que contrastaba con su pálida piel y ayudaba a resaltar aún más la belleza de sus ojos. Y en cuestión de segundos, se adueño de su inexperto corazón. Harry fue el primero en dirigirle la palabra y presentarse como era debido, aún podía recordar claramente ese día.
Al conocerlo describió un corazón lleno de bondad y generosidad; y desde ese pequeño momento se convirtieron en los más grandes mejores amigos que pudiera existir.
Louis poco a poco fue descubriendo lo que sentía por su mejor amigo, pues comenzó a mirarlo sin darse cuenta y su vida tomaba forma cuando él sonreía. Su corazón se aceleraba con sólo pensarle; era algo totalmente maravilloso.
Lo amaba y ya era demasiado tarde para alejarse, se había convertido en algo mucho más grande, en su mundo, en su felicidad. Ahora entendía todas aquellas horas perdidas que tuvo que pasar para poder llegar a él, para poder conocerlo.
Decidió...esconder muy bien sus sentimientos. Era muy fuerte, pero tenía miedo al rechazo.
Con el pasar de los años...ocultarlos le fue inútil, cada vez que estaba a su lado y lo observaba, era como morir por instantes. Él lo observaba y podía jurar que no le quedaban ganas de mirar a nadie más.
Pero...se había enamorado de unos ojos tan hermosos e hipnotizantes, que no iban a fijarse en él.

En ese preciso momento, en ese preciso instante comprendió que los ojos, siempre, siempre pertenece a la persona que los hace brillar, lástima que él no era esa persona...

Pero díganme ustedes...¿Es justo sentirse así de encerrado cuando ese alguien sonríe por alguien más?

"T-Te amo" confesó en voz débil.

Ya había llegado el momento.

"Yo también" vaciló.

Era hora de ser libre. Era el final de su agonía.

"N-No de esa forma..." las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas "Estoy enamorado de ti, Harry"

Oh, cariño. Cuando creas que todo ha terminado es justo el momento de empezar.

Más que amigos; LarryWhere stories live. Discover now