brontophobia |chenmin|

I

I can see all the fears you face,

through a storm that never goes away.

Ashes Remain - Right Here

Jongdae observaba aquella mañana temprano la previsión del tiempo con semblante serio mientras preparaba el desayuno. La mujer que señalaba ciertos símbolos del mapa y explicaba su significado advertía que por la tarde se avecinaría una gran tormenta, y pedía a los telespectadores precaución a la hora de andar por la calle y mantenerse protegidos por riesgo de rayos.

Justo cuando Minseok salió del baño la sección del tiempo pasó a la de deportes, haciendo suspirar de alivio a Jongdae de que su pareja no la hubiera visto.

-Vaya, no he llegado para ver la previsión –se lamentó Minseok mientras cogía una de las tostadas que Jongdae había preparado.

-Si miras por la ventana parece que no va a llover –mintió el más pequeño.

-Mejor –añadió Minseok con una leve sonrisa.

Jongdae se sintió mal por haberle mentido pero sabía por experiencia que sería peor contarle que se acercaba una tormenta por el estrés que le generaría. Se acercó a él y enmarcó su rostro entre sus manos, besando sus labios de manera suave y tranquila, intentando transmitirle una calma que sabía que iba a necesitar. Minseok correspondió al beso y sonrió sobre sus labios.

-Buenos días de nuevo –dijo mientras se separaba del menor.

Desayunaron de forma animada, hablando de cosas banales. Jongdae se esforzó por animarlo más de lo habitual aquella mañana mientras se preparaban para ir al trabajo. Minseok era empleado en una pastelería que había ganado una enorme fama desde que lo contrataron y Jongdae estaba totalmente de acuerdo, los dulces del mayor eran los mejores que había probado en su vida, mejores incluso que los de su madre. El menor, por otra parte, trabajaba como psicoterapeuta infantil y juvenil.

A la hora de separarse, Jongdae besó la frente del mayor en un gesto calmo y después sus labios de manera intensa, intentando hacerle llegar toda su fuerza. Minseok se ruborizó porque su chico no solía besarlo de esa forma tan pasional cuando se despedían para ir a trabajar.

-Te veo en casa –finalizó Jongdae con un apretón de manos.

                                                                            ···

-Jongdae, tengo que hacer el turno de tardes, hay mucha demanda por Navidad.

Aquella llamada inquietó al aludido. Había estado seguro de que para el mediodía su chico estaría de vuelta y no tendría que preocuparse por el mal tiempo, pero ahora, sabiendo hasta la hora que duraba ese turno, comenzó a inquietarse. Minseok saldría a las 20.30 y para aquel entonces la tormenta ya habría empezado.

-Está bien, ten cuidado al volver –colgó la llamada y comenzó a morderse la yema del pulgar de manera nerviosa mientras terminaba de archivar unos documentos.

                                                                             ···

Minseok decoraba una de las tartas más solicitadas en aquellas fechas navideñas con fresas y nata. Aún quedaba una hora para finalizar su turno. Fue entonces cuando oyó a su compañera de trabajo anunciar aquello que lo dejaría temblando durante el resto de la jornada.

-El cielo se está cubriendo enteramente de nubes negras, creo que se avecina una gran tormenta –dijo.

Minseok dejó de oír sus quejas sobre que se le había olvidado el paraguas o la falta de abrigo para combatir el frío que hacía en el exterior y no le respondió a pesar de que él se encontraba en la misma situación. No porque no quisiera responderle, sino porque su organismo decidió inutilizarle todos los músculos del cuerpo y remplazarlos por la sensación que más odiaba en este mundo, el miedo.