Capítulo Único

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Navidad. Época de luces, nieve y regalos. Y aunque en Japón no se tratara de una fecha tan importante como en occidente, eso no era impedimento para que esa fuera una de las celebraciones favoritas para cierto capitán del Aoba Johsai.

Especialmente tratándose de ese año pues se había propuesto a sí mismo que ese día le dejaría en claro sus sentimientos a cierto rematador de mal carácter.

Y claro, no era como si él, el gran Oikawa Tooru estuviera nervioso ni nada por el estilo... Bueno, ¿A quién quería engañar? Se estaba muriendo por dentro. No importaba cuantas declaraciones había tenido que aceptar o rechazar a lo largo de su vida, nada podía haberlo preparado para lo difícil que era hacer una.

Afortunadamente tenía un plan infalible para asegurarse de no fracasar... O al menos esa era la intención.


Intento uno: Declaración en la cafetería.

-Hey, Oikawa ¿Cuánto más falta para llegar? -Escuchó a su amigo de la infancia quejarse mientras caminaban.

Una sonrisita se formó en su rostro. No lo había insultado aún, eso debía ser una buena señal ¿No?

Una carta de amor se encontraba guardada en su bolsillo y, a pesar de no ser su estilo -Como se había repetido una y otra vez mientras la escribía-, estaba seguro de que le gustaría.

-Paciencia Iwa-chan, ya casi estamos así-. Respondió con una risita.

Volvió a repasar mentalmente su plan, no quería que nada lo tomara por sorpresa.

Había decidido llevar a Iwa-chan a una pequeña cafetería algo alejada del centro de la ciudad, charlarían un rato y cuando el ambiente se sintiera lo suficientemente agradable y relajado le diría cómo se siente.

-Iwa-chan, ¡Es aquí! -. Exclamó el armador con una sonrisa en el rostro mientras abría la puerta para que su amigo ingresara en el local.

Entró siguiendo a su acompañante y en cuanto lo hizo un intenso pero agradable olor a café lo invadió. A pesar de estar algo vacío, el lugar tenía un ambiente bastante cálido y agradable que lo ayudo a disipar un poco los nervios.

-Oye ¿Piensas quedarte ahí parado todo el día? -. Preguntó su amigo quien ya se encontraba sentado en una de las mesitas que había en el lugar.

Saliendo de su ensoñamiento, se apresuró a tomar su lugar frente a su amigo, justo a tiempo para que una chica llegara a tomar las ordenes de ambos.

-Parce un lugar bastante agradable, ¿No? -. Preguntó tratando de hacer plática.

-¿Huh? Sí, es muy tranquilo-. Respondió este.

-...Hey, Iwa-chan-. Dijo el más alto tratando de juntar valor.

-¿Qué cosa? -. Preguntó este, centrando su atención en él.

-Hay... Hay algo de lo que quería hablarte... Veras, yo-

-¡Hey! Oikawa, Iwaizumi-. Los saludaron Matsukawa y Hanamaki mientras se acercaba a la mesa, provocando que el armador maldijera por lo bajo. ¿Por qué de todos lo momento inoportunos tenían que aparecer justo ahora?

Respiró hondo. Bien, aún le quedaba un plan B, no iba a ser derrotado tan fácilmente.


Intento dos: Declaración al aire libre.

Después del fiasco de la cafetería, Oikawa no se arriesgaría dos veces.

Había decidido llevar a Iwaizumi a una parte bastante apartada de un parque que se encontraba cerca, después de todo el factor romántico debía funcionar igual de bien que en la cafetería, ¿No?

Three attempts to fall in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora