Lo que tenga que ser, será, a su tiempo y a su momento. Dicen que las mejores cosas no se planeas, que simplemente suceden, y que es mejor no presionar al tiempo. Porque realmente si algo debe pasar, pasará de todas maneras. Y si no debe hacerlo, pues no lo hará.
Es simple.
Por eso de vez en cuando, es bueno no planear ni esperar. Deja de exigir razones y bajarte del mundo de las expectativas. Aprende a relajarte y contemplar la vida con paciencia. No intentes planear cada milímetro de tu recorrido. A veces simplemente necesitas desenfocarte tu cámara, deja que pase el tiempo. Déjate llevar por las casualidades.
¡Solo déjate sorprender!