Donde sea que estés

Haría lo que sea para estar con él, la muerte no sería un impedimento para eso.

Comencé a arruinar la paz de todos los ángeles, tirar de sus alas tratando de arrancarlas, gritar por todo el lugar, usar palabras altisonantes, maldecir a ese Dios...

Uno de los arcángeles me hizo una llamada de atención, me llevo a una oficina hecha de nubes, tomo asiento y cruzo los brazos - Izuku, me puedes decir ¿Qué es lo que haces? - me miraba algo desconcertado, volteo mi rostro hacia otro lado y respondo - lo que siempre he hecho, molestar a los demás, así soy, así es mi forma de ser, así me comporto todo el tiempo - trataba de que mis palabras sonaran convincentes usando un tono de voz despreocupado. El arcángel rio ladeando su cabeza - yo sé que no eres así, Izuku, tenemos tu historial, eres una buena persona, gentil, amable, de buen corazón, valiente, alguien que lo daría todo por salvar a los demás y hacer que el bien reine; por esas razones te ganaste el cielo - Voltee a verlo, muy enojado -¡no me conoces! - le grite - nada de eso es cierto, yo no merezco estar aquí, yo debería estar en el infierno - el arcángel, algo preocupado se acercó a mi - Izuku, mírame a los ojos - tomo mi mentón y levanto mi rostro, al verlo me dijo - dime la verdad, ¿Por qué no quieres estar en el cielo?... Es el paraíso, hay tranquilidad y armonía, puedes vivir sin guerras, sin sufrir, ¿Por qué quieres estar en el infierno? - - Tu no lo entiendes... - Unas lágrimas comenzaron a caer de mis ojos - ¡Esto no es el paraíso sin él! -

Caminaba contento hacia una enorme puerta, hecha de oro, volteo detrás de mí y veo al arcángel, él me miraba muy preocupado - ¿Estás seguro de esto? Estando allá no podrás volver... Nunca - Le sonrió y sin hablar paso las puertas delante de mí. Aun dándole la espalda al arcángel, le contesto - Donde sea que esté mi Kacchan, quiero estar con él, sin importar lo horrible que sea el lugar ni porque él se encuentra ahí... Ese infierno será mi paraíso... -