She

01.

Su cabello negro, ligeramente ondulado; unos grandes ojos grises; una boca pequeña y pálida.

Fue en ese momento en el que sus miradas se cruzaron. Él quedó hipnotizado por su ligera sonrisa y su mirada llena de vida.

Bastó tan solo ese segundo para que se sienta inexplicablemente atraído por el misterio de aquella chica desconocida.

Cada que cerraba los ojos, la veía.

Y así pasaron los días, los meses, los años, tan solo pensando en esa única sonrisa y esos ojos expresivos; sin que se diera cuenta, o tal vez si, se enamoró.

Él nunca dejó de pensarla. 

La veía en los días lluviosos, en los días nublados, en los días grises.

Se casó. 

Y su imagen seguía presente.

No había día en el que su inolvidable rostro no se proyectara en su mente. 

Él iba caminando de la mano de su hija por la misma calle donde por primera y última vez la había visto.

La vio pasar y tardó un segundo en darse cuenta de que era ella. 

Aquella chica sin nombre, pero la dueña de su corazón reía mientras platicaba con un niño de la misma edad su niña, su hijo, supongo. Ella tenía un anillo en su mano izquierda.

Sus miradas se cruzaron. Ella sonreía. El vio sus ojos, no eran como los que había admirado y adorado años atrás. Estos ojos estaban tristes y apagados. Sin vida.

Lo comprendió.

Ella también se había enamorado.