Fall

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Bueno, déjenme contarles una historia de dos chicos, uno se enamoró de su mejor amigo. Cuando Michael está cerca, Luke no siente más que felicidad, pero Michael había sido lastimado y eso lo hizo ciego porque él no creía que el amor lo trataría bien.

Michael no sabe que Luke lo ama o tal vez no es consciente de ello. Michael es la sonrisa en su rostro y él no se irá a ninguna parte porque él está ahí para hacerlo feliz.

-¿crees que soy demasiado tonto por creer que él me amaba como yo a él?-cuestionó Michael mientras hundía más su rostro en el pecho de su mejor amigo.

Luke suspiró y lo apegó más a él.

-no eres tonto. Sólo estabas enamorado-Luke odiaba verlo llorar, sentía su corazón romperse.

-pero él dijo que yo era un tonto por creer que alguien como él se fijaría en mí-sollozó, haciendo que una lágrima se escapara de los ojos azules de Luke.

-Michael no-Luke separó un poco el cuerpo de Michael y tomó las mejillas de éste haciendo que lo mirara a los ojos-. Tú no eres tonto por haber estado enamorado de él. Él es el tonto por no darse cuenta de la hermosa persona que rechazó.

Michael y Luke iban camino al subterráneo, uno al lado del otro, sus hombros chocando, manos tocándose en ocasiones.

-¿desea una rosa?-una mujer cerca de cuarenta años le había preguntado a Luke mientras le mostraba una hermosa rosa roja. En ese momento Michael estaba concentrado mirando un cartel. Luke asintió.

-¿se la va a dar a su novio?-había continuado la señora, señalando con su mano a Michael.

-oh, él no es mi novio-Luke estaba nervioso, podía notarse en su tono de voz, la mujer sonrió.

-pues deberían serlo porque se ven muy bien juntos.

-¡Luke! Vámonos-los llamados de su teñido amigo no le dieron oportunidad de contestar ante aquel comentario de la mujer. Con un movimiento de su mano derecha se despidió de la mujer.

-¿y esa rosa?-preguntó Michael cuando Luke ya estaba a su lado.

-es para ti-las mejillas de Luke se sonrojaron mientras veía como Michael la tomaba con delicadeza y la miraba con un brillo único en sus ojos.

Unos momentos antes de subirse al metro, dio una mirada hacía atrás, encontrándose con la misma mujer que le había vendido la rosa guiñándole un ojo, él le sonrió y entró en el metro.

Luces color neon, gritos eufóricos, risas incontrolables.

Ambos jóvenes estaban en la feria. Luke nunca ha sido un gran fan de lugares como ese, todo lo contrario de Michael, quien le apasionaba todos esos juegos mecánicos y la adrenalina que le proporcionaba.

Michael seguía triste, triste por haber confiado en alguien que no merecía ni un poco de su cariño. Sin embargo, no lo odiaba, en su ser no había odio. Aunque, ¿cómo iba a odiar a alguien que tantos momentos felices le dió?

-tenemos que subirnos en ese-chilló Michael de la emoción señalando un juego que iba de delante atrás, haciendo que las personas quedarán de cabeza.

Fall ♡ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora