Headphones.✓ •Troye Sivan One Shot•

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Observaba como Alexander golpeaba la pequeña pelota de Tenis sin equivocación, él siempre ha sido el mejor tenista del club, incluso mejor que sus hermanos. Mis oídos solo escuchaban la música a través de los auriculares, le dedicaba mis mejores miradas a Alexander, pero él simplemente no me veía. No con tanta gente cerca.

Volví a mirarlo y caché una mirada asqueada sobre mí; su hermana Isabelle me mataba con su mirada. De inmediato desvié la mirada, me mordía el labio sin compasión, podía sentir el sabor metálico en mi boca.

-¡Isabelle, concentrate!-La voz de Alex me hizo saltar en mi lugar.
-Él no deja de observarnos-Dijo ella, el juego amistoso de los hermanos se detuvo.
-No te observo exactamente a ti-Pensé.
-Sigamos jugando-Dijo el hermano mayor.

Pasaron diez minutos y el juego siguió, ahora mis miradas eran más silenciosas y menos pesadas. La pelota color amarilla de Alex rodó hasta mis pies, el corazón se me cayó hasta los pies.

-Tuya-Dije alargando mi mano hacia él.
-Gracias-Dijo y sin más se fue.
-Estoy harta-Escuché perfectamente a Isabelle, ella se acercaba a mí con rapidez, los dos hermanos caminaban detrás de ella.
-Isabelle, solo ignóralo-Dijo Alex detrás de ella.
-¿Qué tanto miras, rarito?-Dijo en cuanto estuvo bastante cerca de mí.
-N-nada-Dije, estaba nervioso y el aire se me escapaba.
-¿Acaso estás enamorado de nosotros?-Preguntó Cameron, su hermano mayor.
-Recuerda que le gustan los hombres-Dijo Isabelle. Alex solo escuchaba, no hacia nada para defenderme.
-Qué asco. ¡Lárgate de aquí!-Gritó Isabelle con todas las fuerzas de su voz y salí corriendo de ahí.

Corrí hasta asegurarme que nadie me seguía. Caminé hasta la parte más remota y vacía del club, justo detrás del auditorio de natación. Nadie se preocupa de ese lugar, incluso puedo decir que nadie recuerda que existe, tiene una entrada demasiado pequeña, parece que no da a ningún lugar. Solo eso piensan los demás, para mí es el lugar más especial de todos.

Mi fantasía por Alexander Bramson comenzó cuando teníamos diez años, nuestras familias solían ser demasiado unidas y agradables entre ellas, mi relación con Alex era la mejor, aunque solo éramos mejores amigos. Yo nunca lo consideré solo mi mejor amigo, él siempre ha sido mi todo.

Nuestra amistad terminó cuando nuestras familias comenzaron una rivalidad absurda por negocios y cosas inútiles, la familia de Alex le prohibió verme o hablarme y esas restricciones se hicieron más presentes cuando revelé mi orientación sexual.

Para los Bramson no es fácil aceptar algo así. Espero que el día que se enteren de lo mío con su hijo no se mueran del susto.

-Hola-Escuché la magnífica voz de mi amado.
-Hey, hola-Dije sonriéndole.
-Perdón por lo de hace rato-Me dijo sentándose junto a mí, muy cerca de mí.
-Tenía la minúscula esperanza que dijeras algo. Ya sabes, hoy es nuestro aniversario-Dije encendiendo un cigarrillo.
-Sabes que no puedo, estamos mejor así-Dijo robándome uno.
-¿Estamos mejor así? No, Alex, estoy comenzando a cansarme, estoy comenzando a cansarme de esconderme aquí-Dije absorviendo del cigarro.
-Amo tu cara de preocupación-Dijo dándome un beso en la mejilla.
-No deberías hacerlo-Dije.
-Es la única que tienes, Troye-Dijo riendo en mi cara.
-Te odio-Dije riendo.
-No, me amas. Y yo a ti-Dijo volteando mi cara.

Incrustó su boca contra la mía, nuestros labios se movían al compás y eso lo disfrutaba mejor que nada, seguía el leve movimiento, disfrutando de cada segundo.

-Tiene que ser una maldita broma-Escuchamos una femenina voz detrás nuestro, nos separamos de inmediato.
-Isabelle, Cameron...-Escuché la leve voz de Alex.

Tomé con mis manos su quijada e hice que volteara hacia mí, con todas las agallas que jamás había descubierto en mí lo besé. Lo besé frente a sus hermanos. Cerré los ojos y me dejé llevar.

-No, no, no, no-Repitió alejándose bruscamente de mí-. ¿Qué acabas de hacer?-Gritó.
-Lo que debimos haber hecho hace mucho-Dije parándome al igual que él.
-¡Lo acabas de arruinar todo, Troye!-Gritó desesperado.
-¿Arruinar todo? Creo que acabo de salvar tu vida-Dije riendo irónico.
-¿Acaso no lo entiendes? ¡Mis padres van a matarme, van alejarme de ti!-Volvió a gritar, jalaba de su cabello como un loco.
-Tranquilízate, Alex, lo enfrentaremos juntos-Dije tomándolo de las manos.
-¡No, aléjate de mí! Esto se acabó, Troye-Dijo separándose de mí.

Se fue de nuestro pequeño lugar especial, se fue y con él mi corazón. Una lágrima resbaló, seguida de un centenar más. Acababa de romper conmigo, había echado a la basura tres años de amor y paciencia.

Caminé hasta casa con paso lento y tambaleante, mi mente no quería asimilar lo ocurrido.

La música sonaba por mis auriculares e intentaba no llorar. No llorar más.