25

79 6 4
                                    



Veinticinco años. Se me hace difícil asimilar que estoy cumpliendo veinticinco años, no por el hecho de que soy un año más viejo, sino porque es el primer año de mi vida donde ella no estará acompañándome. Todo lo que me queda es el recuerdo de ella amándome.

"Señor Tomlinson, lamento decir que su madre ha fallecido." Solo escuché las palabras, no procesé lo que significaban.

Camino por las frías calles de Doncaster, en dirección a mi hogar. Mi hogar puede estar roto, pero no se irá a ningún lado. Siempre que nos reunamos, invocaremos los momentos más felices que pasamos a su lado. La familia es para siempre, ni siquiera la muerte puede separarla, sobre todo si hubo un amor tan puro como el que mi madre sentía por mí y cada una de mis hermanas.

No tenía muchos ánimos de celebrar, pero ellas me convencieron, accedí con una condición; no quería regalos.

Había oscurecido y el vaho que dejaba mi aliento me ayudaba a comprobar que de no ser por mi chaqueta, me estaría congelando.

Al llegar a casa, puedo ver luces encendidas y, a través de las cortinas, varias siluetas. Las luces navideñas que la decoran, realzan su altura y la convierten en el centro de atención del vecindario.

Suspiro y toco la puerta de madera con el dorso de mi mano dos veces.

"¡Ya llegó Tommo!" Oigo gritar a alguien desde adentro.

No pasan ni cinco segundos cuando ya está abierta. Recibo un montón de abrazos uno tras otro, ni siquiera me doy cuenta de quien proceden, estoy muy perdido, solo escucho felicitaciones y veo rostros felices. Y, aunque no tenga muchas razones para hacerlo, sonrío, porque esas pocas razones bastan; mi familia está aquí, hay un montón de gente que me apoya, y...

Mi boca queda entreabierta cuando llego a la sala y veo a los tres chicos sentados en los sofás.

Mi corazón se detiene un momento cuando veo a uno en especial.

"Se te adelantaron." Me dice Felicite. Mi hermanita lleva un pocillo de galletas en la mano, y lo deja en una mesita de centro. Niall saca una, la muerde y la disfruta, con total naturalidad.

"¿Acaso no vas a saludarnos?" Liam se levanta y se acerca a mí con la intención de abrazarme. No dudo ningún segundo y abro mis brazos. Un abrazo cálido.

Pronto siento otro par de brazos a mí alrededor. Niall se ha unido al abrazo.

"Feliz cumpleaños, Lou." Me dice con simpleza.

Escucho unos pasos más, me asusta verle a la cara. Él no me ha dirigido la mirada desde que entre a la habitación, se había mantenido cabizbajo. Por un momento había creído que lo habían obligado a venir, pero me tranquilizo cuando siento sus brazos alrededor de Liam, Niall y yo.

En seguida escucho flashes.

"Esto es tan hermoso." Dice una de las gemelas.

Cuando nos separamos, todos se quedan de pie, esperando por mí que hable. Me siento estúpido, ninguna palabra es capaz de salir de mis labios.

"Y- Yo creí que estarían con sus familias." Me lamento por titubear un poco.

"¿Y que se supone que estamos haciendo, entonces?" Dice Liam, y no puedo evitar que mis ojos se cristalicen.

Estos chicos significan todo para mí. Sin ellos mi vida no sería la misma. Son mis pilares. Y Harry. El rizado se mantiene cabizbajo con las manos en los bolsillos. Está perdido en sus pensamientos.

25 »LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora