5

906 59 5
                                    

       

Al día siguiente, no me habla, apenas me mira lo necesario. Y eso no les pasa desapercibido a Lea y Louis, quienes no preguntan, pero tampoco apartan la mirada de extrañeza.

            Entendía su postura, creo, y la había tolerado hasta que a la hora que terminaron las clases, le dijo a Louis...

            -No puedo acompañar a Eloise para sus clases con Laura y el otro

            "El otro", tiene quince años al parecer.

            -¿Podrías cubrirme? –Continua.

            -Ethan... -Me mira con los ojos tan abiertos que parece que se le van a salir de las cuencas- Quiero decir, Jesse, no seas ridículo

            -¿Puedes o no? –Le pregunta a Louis, ignorando mi comentario.

            Y como para no. Susurra esa parte mía a la que ignoro siempre; mi subconsciente.

            -Yo no quiero a Louis. Sin ofender –Agrego mirando a mi amigo.

            Niega restándole importancia.

            -No puedo acompañarte hoy, Eloise –Sentencia mirándome a los ojos.

            -Eres un ridículo

            -¿Yo soy el ridículo? A ti te gusta un compro... -Le doy una bofetada antes de que termine de hablar.

            -No te permito que hables sin saber

            Asiente.

            -Suerte con tus clases

            Se da la media vuelta y le muestro el dedo corazón a su espalda.

            Imbécil.

            -¿Qué pasa, Eloise? –Pregunta Lea, un poco impresionada por la situación.

            -Nada. No pasa nada

            -¿Estas segura que no quieres que te ayude? –Miro a Louis y niego.

            -No, yo puedo sola, no te preocupes

            -Me tengo que ir, pero te llamo mas al rato para que me cuentes que paso, ¿Si?

            Me dice Lea, mientras agarra su mochila y se la cuelga en el hombro.

            -¿Por qué te tienes que ir? ¿Paso algo?

            -No... bueno, sí. Tengo una entrevista de trabajo

            -¿Trabajo?

            -Si, de medio tiempo, secretaria de un abogada

            -Suerte –Asiente, besa mi mejilla y se va corriendo para alcanzar a Louis.

            Rápidamente encero el piso antes de que Laura e Ethan lleguen.

            También me da tiempo de apagar la computadora e ir preparando todo para que apenas termine la clase, irme corriendo a casa para la video llamada con Gabriela.

            Llegan apenas cinco minutos temprano, Laura me mira sonriente a través de la puerta de cristal, mientras busco las llaves para abrir, Ethan solo me mira.

            -¡Llegamos temprano, no nos puedes regañar hoy! –Me dice Laura apenas abro.

            Le sonrío y asiento.

Di que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora