PROEMIO

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        El hecho de que el pájaro observara al humano entrar en una mansión, provocó en él gran confusión. Por eso acudió a interrogarlo con cierta intriga, pero también con preocupación:

        -¿Pero entonces cuál es tu clase social, Ser Humano?

        -¿Por qué lo preguntas, Ave?, ¿es porque me viste entrar hoy en aquella casa enorme y bonita? Me gusta cómo empiezas a clasificar a los humanos. Te lo contaré: fui a visitar a un amigo que vive allí, en ese predio exclusivo... pero ayer estuve dentro de otro barrio que calculo, según cómo eres, no te gustaría conocer -eso se lo dijo como un secreto-: comen palomas allí, porque no pueden comprar carne, y quizás coman también otra clase de pájaros... Y al lugar lo llaman la Mil y pico. Allí hay un centro en donde trabajo. Ah... con respecto a tu pregunta: mi clase es la Clase Artista. La clase del verdadero artista es una clase sin clase social, ¿me entiendes?, existe sin ella; algo así como una no-clase social. Sin embargo, eso no quiere decir que un artista no tenga sus gustos acerca del lugar donde vivir, ya que en eso de la vivienda te basabas para clasificarme.

        En este punto el Ser Humano Especial se tomó un intervalo para sintetizar su idea. Me gustaría vivir en un lugar donde reinase la armonía del orden natural, es decir donde la naturaleza amable dispusiera los elementos a su gana y antojo en amistad con todos los seres, incluyéndome; y que mi Madre Natura me considerase como un elemento más de su esquema, o como a un hijo. Porque soy un ser que ama a sus padres.

        -¿Y tu padre?

        -Dios.

        El pájaro se sintió alegre de entender exactamente lo que el humano quería decir, y muy afortunado por aquel saber... Su mayor fortuna en esta vida era tener ese mismo Padre.

        -¿Y por qué no vives en el lugar donde te gustaría? -quiso sintetizar, también él, su inquietud.

        -Porque no es mi momento, evidentemente...

        -¿Y ya sabes dónde queda ese lugar?

        -No. Aún no lo sé, pero tú podrías ayudarme a encontrarlo. Sospecho que a los dos nos gusta un lugar parecido...

El vuelo de SerendíWhere stories live. Discover now