Nunca está de más desearle felices fiestas a las personas que me acompañan día a día en mi vida; como lo son mis amigos y por supuesto mi familia, a las que estuvieron y las que no tenemos nada en común, pero desearle feliz navidad a alguien no consta de que si le odias, le amas, o así por que todos en el mundo, seas pobre, seas rico, seas lo que seas merecen pasar una buena navidad. Disfrutar de los seres queridos que aún están con nosotros acompañándonos y recordar a los que no siguen aquí pero aún están en nuestro corazón. De dar, de recibir, de querer, de amar, de perdonar, de extrañar; de eso va la navidad. De difundir amor a tus cercanos, a quienes lo necesitan, a quienes sienten que no encuentran camino en este mundo, de los que alguna vez consideraste compañía; a todos. La navidad nos deja buenos recuerdos, esperanzas, experiencias y sobre todo nos recuerda que aún existe alguien que nos complementa. Por eso, disfrutemos de la navidad, que no hay dos días como estos en el año. ¡Felices fiestas!