The first kiss

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Sucedió una tarde, luego de la practica, los de primer año limpiaban el gimnasio mientras que los de tercero y segundo los observaban, aun que mas que observar Iwaizumi estaba ocupado en otra cosa, maldecir, maldecir con todo su corazón al capitán, al único ausente de la tarde, dios Iwaizumi quería romperle la cara, había desaparecido en el momento en que el entrenador los mando a casa. Ese maldito idiota se había escapado de la limpieza.

Tan introducidos en sus pensamientos el pelinegro de tercero, no noto cuando los de primero terminaron de limpiar, tampoco noto como los de tercero y segundo convencieron a la mitad del club de quedarse y jugar, a jugar al juego que marcaría para siempre la vida afectiva del pequeño armador de cabello negro.

Pero Iwaizumi si noto cuando los que se quedaron comenzaron a reunirse en circulo y se comenzaron a sentar, porque dios, quien no notaria a cerca de 15 personas sentarse en circulo en un gimnasio vació. Unos de sus compañeros de tercero paso por su lado hacia el circulo, Iwaizumi lo paro y le pregunto claramente que demonios estaba pasando, el chico balbució algo de una botella y que Iwaizumi también debería jugar, antes de seguir corriendo al circulo.

Hajime también camino al circulo, y aun que iba a dispersarlos para que ya se fueran a casa, no pudo hacerlo al ver la car de emoción de todos sus compañeros, así que gruño internamente, volvió a maldecir a Oikawa sin ninguna razón verdadera y se sentó, se sentó por que no sabia que problemas le traería en el futuro lo que pasaría en ese gimnasio.

Iwaizumi estuvo un rato charlando con su compañero ubicado a su lado, antes de que la botella de agua colocada justo al medio de las 16 personas comenzara a girar, el primero en mover fue un chico de segundo, de cabello castaño y altura promedio.

Fueron cerca de 10 besos antes de que un chico de tercero hiciera girar la botella y apuntara al futuro novio de Oikawa, a Iwaizumi, fue un beso rápido, un simple rose de labios, por compromiso y no por sentimiento, pero eso hacia que ahora le tocara a Hajime girar la botella.

La giro sin ninguna preocupación, simplemente se acerco, coloco su mano y giro el objeto de plástico, fácil, o lo fue hasta que la botella de agua se detuvo, por que la botella no paro en cualquier persona, no, se detuvo en el adorable armador de primer año. Extrañamente el chico lucia más adorable que cualquier otro día.

Sentado como indio, la pelota de voleibol entre las piernas y los brazos abrazando a la bola, y sus mejillas levemente sonrojadas mientras miraba fijamente a la botella que lo apuntaba. Iwaizumi sintió su boca seca y sus manos demasiado mojadas para que fuera normal. Sus compañeros no ayudaron mucho a superar su nerviosismo, comenzaron a hacer ruido de beso y el típico " wuu". Pero Iwaizumi no sabe de donde saco fuerza, pero se levanto, camino rígido pero firme tres compañero mas adelante, justo donde se encontraba el armador de primer año. El chico no se movió pero su cara estaba más roja que hace dos segundos, Hajime lo giro levemente y se lanzo hacia adelante, pero no llego a tocar los labio de color rosa del chico, no, se detuvo a la mitad, el chico estaba tan tenso que Iwaizumi no se atrevió a besarle, si iba a besar al armador de primero quería que los disfrutara, no que fuera un beso de mierda.

El pelinegro mayor se levanto, Kageyama lo seguía con la mirada, Iwaizumi lo invito a levantarse estirando su mano, y Kageyama dudoso la acepto, levantándose con la ayuda de Iwaizumi, en todo el proceso, el armador de primer año jamas soltó la pelota. como si de alguna forma fuera el balón un superhéroe y lo salvara de cualquier cosa, Iwaizumi jalo de la mano de Kageyama hasta los vestuario y el chico lo siguió con facilidad,no es necesario decir que mientras caminaban los ruidos molestos se intensificaron.

Iwaizumi junto la puerta del vestuario antes de girarse y encontrase a Kageyama sentado en la banca si estuviera montandola, el balón aun seguía en sus manos, el chico miraba para todos lados menos a la cara de Iwaizumi, el mayor de ambos suspiro y se sentó frente al chico de la misma forma que él estaba sentado.

-Kageyama-susurro, el pelinegro más joven lo miro al fin, desde que entraron al vestuario, sus manos aun jugaban con la bola, de hecho era sorprendente lo mucho que amaba esa pelota- no tenemos que hacerlo si no quieres, podemos salir y decir que ya esta- hablo Iwaizumi, su mirada nunca se despego de la cara de Tobio.

La cara de Tobio se arrugo un poco, como si no supiera que responder, Iwaizumi ya sospechaba la respuesta, no creía que el armador estuviera listo para esto, tenia la intención de levantarse sin la respuesta de Kageyama, pero no alcanzo ni comenzar cuando la Sorpresiva respuesta de Kageyama llego.

-no- la respuesta lleno la sala, como si fuera una sentencia, y en cierta forma lo fue,una sentencia para Iwaizumi y para Kageyama, una repuesta que cambiaría sus vidas, pero no en el ahora, si no que un futuro. Si alguno de los dos habría sospechado lo que sucedería 3 años más tarde ninguno habría dejado que pasara. Pero como desconocían los efectos Iwaizumi asintió y tomo la cara de Kageyama en sus manos.

El chico seguía tenso, y Hajime no quería eso- relájate- susurro, Kageyama asintió pero solo se volvió más tenso, el atacante gruño internamente, no sabia como relajar al niño así que hizo lo que su instinto le ordeno.

Despego la manos de Kageyama de la pelota, las llevo a sus hombros, el chico solo se tenso más, pero Iwaizumi siguió, en alguna parte de él, supo que esto estaba bien, saco la pelota de entre ellos, y llevo una de sus manos a la cintura del menor, Kageyama se volvía más rígido a cada paso que Iwaizumi tomaba, pero no importo, la otra mano de Hajime se dirigió al cabello de Tobio, y lo abrazo, fue abrazo suave y tierno, logro lo que se esperaba, Kageyama comenzó a relajarse.

Se separaron levente y sus rostro quedaron tan cerca y tan lejos, sus alientos chocaban, las mejillas de Kageyama están sonrojadas, e Iwaizumi solo podía concentrarse el los labios rosados ubicados justo frente a él,estaban levemente abiertos, llamándolo a gritos a probarlos, a saborearlos, tentándolo a Devorar la boca de Kageyama. Avanzo unos milímetros pero no toco los labios del armador, dándole la oportunidad de huir si así lo prefiere. Pero el chico no lo hizo, avanzo, avanzo para que sus labios se tocaran , para que al fin se besaran.

Fue un beso tierno, como si le llegaran a poner más pasión ambos se romperían, pero aun así fue un beso envolvente, todos los pensamientos de ambos, solo giraban en las sensaciones del otro le provocaba, la mano de Iwaizumi se colo instintivamente en la camiseta del chico, la mano de Hajime estaba helada a comparación de la cálida piel de la espalda de Tobio, el chico de cabello negro gimió por el contacto. Fue este pequeño gemido que logro que ambos se separan.

Cuando ambos se encontraban a una distancia decente, ambos notaron como quedo el otro, Hajime quedo, con la camisa alborotada, los labios rojos y brillantes,por la saliva, sus mejillas levemente rojas, y con dificultad para respirar. Kageyama por su parte quedo con la respiración pesada, las mejillas ardiendo y los labios tan rojos como los tomates, sus labios brillaban por la saliva de ambos y una pequeña linea recorría su barbilla.

Hajime le sonrió, y Kageyama le correspondió, lo único bueno de como quedaron al final fue que nadie dudo que se habían besado.

Ahora porqué Iwaizumi había recordado todo este asunto del beso, fue bastante sencilla, acababa de salir de la practica del club, su novio caminaba hacia la entrada con él, pero se detuvieron.

frente a la puerta de salida, se encontraba el armador de Karasuno, nervioso,mirando para todos lados, como si de algún lado iba aparecer alguien para asesinarlo, Iwaizumi sonrió al notar que a pesar de haber cambiado tanto Kageyama Tobio seguía siendo el mismo en esencia, seguía siendo un armador de primer año que Hajime quería cuidar y proteger.

Cuando al fin Kageyama noto su presencia a unos metros, le sonrió, le sonrió con las mejillas levemente sonrojadas y la pelota en las manos,en ese instante Iwaizumi recordó que también lo quería DEVORAR.


DevorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora