Let's to go on!

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Disclaimer: Hetalia es de Hima-papito.
La lectora aún se pertenece a sí misma.

Tus ojos se abrieron lentamente gracias a los rayos de luz solar que golpeaban sobre tu rostro.
No recordabas el momento en que abriste las cortinas, estabas segura que anoche estaban completamente cerradas.
Te sentaste en la cama, bajando tus pies de esta, mientras frotabas tus ojos para intentar quitar todas las ganas de seguir durmiendo.
Acomodaste tu cabello, de seguro estaba hecho un lío.

Finalmente, te pusiste de pie, para observar por la ventana, que daba hacia el jardín trasero, notando que habían unas banquitas y algunos juegos para niños; te pareció algo muy lindo.

Estiraste tu camisón, que sin haberte dado cuenta, estaba algo subido por tu rodilla, preferías prevenir.
Abriste la puerta algo nerviosa, te daba miedo la idea de encontrarte con alguno de los hermanos frente a frente. Asomaste la cabeza para poder observar el pasillo, no había nadie, perfecto.
Saliste rápidamente, para bajar las escaleras, te pareció haber escuchado la voz de Elizabeth desde la cocina.
Camimaste despacio hasta esta, para volver a asomarte por la puerta.
Ahí estaba, cantando una canción, no reconocías la letra, pero tenía una temática amorosa, te recordó mucho a tu madre, ella también era así.

-Oh, dear!- Se giró sobre sus talones, para verte desde donde se hallaba.
-Good morning, ¿Dormiste bien?-
Preguntó, risueña, cosa que te contagió al instante, le sonreíste.
-Yes! Gracias. ¿Y tú?-
-Well, fue algo difícil, debí despertarme a las 6:00 A.M gracias a que Arthur comenzó a gritar que tenía un horrible dolor de cabeza ¿No lo oíste desde tu habitación?-
-Uh...la verdad es que dormí como un bebé, hehe~- Pasaste una mano por tu cabeza, riendo nerviosa, hace mucho tiempo que no dormías tan placidamente. Tu apartamento no tiene ese aire familiar que tanto te calma.
-Lucky, dear, Arthur actúa como un niño pequeño...no me dejó dormir más, reclamando que ''ya no lo tomaba en cuenta''...¿Quién le obligó a beber hasta no poder caminar?- Se frotó el entrecejo, estaba algo enojada.
Esperó unos segundos y volvió a su característica sonrisa.
-Pero bueno, mejor ya no pensemos en eso. El desayuno estará listo en una hora más o menos, prepararé scones.
Si quieres tomar una ducha, el baño queda junto a la habitación de Peter-
Dijo, al mismo tiempo que tomaba un paño de cocina.
-Thank you, intentaré ser rápida, me gustaría ayudar- Su sonrisa fue aún más brillante, le habías agradado de sobremanera.
Volviste a subir al segundo piso, para buscar tus cosas en la habitación, y luego dirigirte al cuarto de baño.
Viste una puerta con un tono azul pastel, de seguro esa era la de Peter, ya que también tenía una pegatina de un cohete sobre esta.
Entraste a la puerta que estaba al lado. Dejando caer todas tus cosas, tapaste tus ojos con ambas manos, mientras dabas un pequeño grito agudo.
Ahí estaba...ni más ni menos, que el segundo menor de los hermanos, Arthur. Estaba sin polera, secando su rostro con una toalla de mano.
Al verte, también gritó levemente, se había asustado.
-¿Q-Qué haces aquí?- Se volteó, rojo hasta las orejas.
-S-So sorry!!! E-Estaba por darme un baño...- Retrocediste velozmente, cerrando la puerta a tu paso. Recogiste tus cosas, mientras sentías tus mejillas arder, no tenías mucha experiencia viendo a chicos en esas situaciones.
Esperaste unos minutos, apoyada en la pared, hasta que salió, sin mirarte, aún estaba sonrojado. Te pareció algo lindo, y también gracioso, balbuceaba en voz baja algunas cosas inentendibles.
Ingresaste nuevamente y te duchaste lo más rápido posible, te cambiaste a tu ropa y te arreglaste el cabello a tu gusto. Colgaste las toallas y doblaste el camisón para luego llevarlo a lavar.
Dejaste tus cosas en la habitación y bajaste para ayudar a la mujer mayor.

Estuvieron hablando un buen rato acerca de irrelatividades, hasta que se colocó un lindo guante de cocina, con el cual se acercó a abrir el horno, sacando una bandeja repleta de aquellas masitas. Olía muy bien, eran de chocolate, cosa que amabas.
Le ayudaste a acomodarlos en un plato para dejar que se enfriaran por unos minutos.
-...Hoy vendrán unos primos de los chicos, desde América- Dijo Elizabeth, sin más, mientras hacía algunas infusiones de té.
-¿Eh?- No sabías muy bien de qué hablaba. ¿Primos? Quizás era una junta familiar.
-Uno de ellos está comprometido desde hace un par de meses, se casará pronto. Por eso quieren venir a saludar a la familia- Suspiró pesado.
-Ah! Entonces, debo apresurarme, isn't it?- Comenzaste a cortar los scones que estaban por sobre los otros, ya se sentían más fríos, por lo que ahora tocaba rellenarlos.
-No! Dear, me gustaría que te quedaras más tiempo...sé que suena algo ilógico, pero es genial no ser la única mujer en una casa llena de hombres- Casi se lanzó sobre ti, con unas pequeñas lágrimas amenazando con salir.
Tú, por tu lado, tenías una gota de sudor en tu sien. Entendías perfectamente, tu tienes dos hermanos menores, gemelos. Además de que tu madre casi nunca estaba en casa.
-O-Okay...no hay problema- Te paraste, derecha, y sonreiste, no podías negarte.
Eres un cielo!- Te abrazó, casi estrujandote.
-Hehe~- Te removiste, algo nerviosa, no querías decirle que te estaba asfixiando.
-Sorry!! Es mejor que terminemos con esto, los chicos no deben tardar en bajar- Se separó de ti, volviendo a su labor. Tú continuaste cortando los panecitos, para llenarlos con chocolate.

Is this fine? (Inglaterra x Lectora) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora