La Luna siempre que esta muy triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy ambos viven así… separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no puede disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.
Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró.
Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo.Luna y Sol siguen su camino. El solitario pero fuerte y ella, acompañada de las estrellas, pero débil.