Capitulo 1: Gap

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Y esta es una mañana más, rodeada de ellos, aburrida y melancólica. Volteo a mi alrededor y en lo que pienso es en el cariño que me falta (y no me refiero a que no sea apreciada), ella se fue y los demás no son los mismos, yo ya no soy la misma, y por más que me esfuerzo en obtener aquello que se fue no lo logro.

-¿Estas bien?-Jack preguntó con un interés sincero.- ¿En qué piensas?

-Si estoy bien es solo que aún no despierto al cien por ciento- fingí una risa, sin éxito alguno de que lo creyera. Pero aun así se fue, con los ojos entre cerrados y cara de decepción, claro que no me iba a comprar tan patética excusa, él sabe lo que pasa, pero así es el juego, yo finjo que estoy bien y el finge que me cree.

Ayer me sentía increíble, con esa energía y potencial que me caracteriza, sin embargo hoy no es uno de esos días. Anoche soñé con ella y no sé porque cada vez que la recuerdo arrugo la nariz evitando que una gota caiga de mis ojos. La extraño, cuando no está ella soy otra persona tratando de adaptarse a un nuevo ambiente, un mundo que siempre estuvo pero que nunca me di la oportunidad de conocer, hasta ahora, pues claro ¿Tengo otra opción?

Salgo de mis pensamientos y regreso a la realidad cuando el ruido emitido por la fuerte voz y risas de mis compañeros me distrae. Ruedo los ojos en alusión a mi estrés, y ellos se dan cuenta pero ya no tiene efecto en ellos, ya no les importa, mi tranquilidad ya no es una de sus prioridades, yo lo provoque o al menos es mi única razón por la cual pensar que ellos son así, cada uno está en sus asuntos, preocupándose de su vida personal y sus sentimientos, ya no soy la pequeña del salón como en el inicio, donde las cosa aun no eran tan malas.

Sonrió al darme cuenta que tengo mi libro en las manos, un profesor está al frente de la clase y mis compañeros en sus respectivos lugares con un tono de voz casi nulo. Estaba tan distraída que no recuerdo el proceso por el cual pase para llegar a ese punto, ¿cómo es posible?

***

-Ring!-El sonido de la campana marcando el inicio del receso.

-Ah por fin!, ya me estaba durmiendo-comento a nadie en particular antes de salir.

Cuando salgo del salón me impacta un fuerte golpe de aire frio lo que provoca unos escalofríos que me recorren del cuello a los pies, este clima solo alienta a mi bajo autoestima y poco sentido del humor. Solo quiero comer.

Atravieso el patio sintiendo las miradas prejuiciosas de otras compañeras, reflejando odio en sus oscuras pupilas, a pesar de que no entiendo porque solo me provoca quererlas fastidiar, tal vez se enteraron del tipo de reputación que tenía antes, no lo sé y no me interesa saberlo, simplemente preferiría que aquellas personas pudieran evitarlo. Cuando por fin tengo mi plato de comida en las manos miro con desprecio mi triste platillo, e inmediatamente se fue aquel apetito que me impulsó a ignorar las miradas. Busco con atención a mis compañeros de salón por todo el patio para comer con ellos. quisiera poder reunirme con amigas y poder tener debates sobre cualquier tema de interés mientras desayunamos, platicar de bandas, contar chistes absurdos sin sentirte tan idiota, pero ninguna llena el lugar que ella dejo.

Cuando los encuentro, me dirijo a ellos. Al llegar les regalo una media sonrisa sincera, pero triste. Ellos me la regresan y me doy cuenta de la empatía que sienten por mí, al analizar la misma sonrisa triste que yo mostré. Pero finjo no darle importancia y comienzo a jugar con mi comida tratando de recuperar el apetito, quisiera poder realizar un intercambio de comida, como ella y yo lo hacíamos.

***flashback***

-Ah, no tengo ganas de comer-le comente a Jules con indiferencia.

-Tienes que comer. Por favor COME!-contesto con desesperación y aburrimiento de siempre tener esta conversación y conflicto con la comida.

-Si quiero comer, pero no esto, vamos cámbiame mi plato por tus miserables tacos congelados- ambas reímos levemente, el adjetivo le queda perfecto.

-No entiendo como prefieres esos tacos sin chiste alguno- dice con confusión. Yo aún jugueteo con la comida sin obtener una respuesta útil.

Sonrió al pensar lo mismo de ella ¿Cómo es que ella prefiere mi desayuno?

Esto pensamientos nos animaron y realizar el trato, a ambas nos convenía. Cuando por fin acabamos con nuestra respectiva porción de alimento, nos levantamos y comenzamos a caminar alrededor del patio, con el riesgo de que el balón nos golpeara. Pero no nos importa solo somos ella y yo, haciendo lo que queremos sin temor a la expectativa de alguien más. Nunca ha sido de otra forma y nunca lo será.

***fin de flashback***

Al tener un recuerdo de ella, cuando todo estaba bien y mi autoestima no era tan baja, derramo una lagrima y al instante intento ocultarla, pero es tarde Jack se dio cuenta, no tanto por la lagrima, eso solo confirmo sus sospechas, para ser exacta no se desde que momento comenzó a mirar me y no solo era una mirada, era un estudio de mis expresiones y actitudes para saber cómo me siento y de lo que pienso. Por alguna razón sin saber cuál, no quería que supiera lo que me pasa, posiblemente por el hecho de que me hacía sentir aún más vulnerable.

¡Deja de mirarme carajo!-dije en respuesta a su interés que por cierto me incomodaba. Torció la boca y se volteo. Me sentía mal, no medí mi tono de voz, no pensé antes de decirlo, simplemente contra ataque. Soy consciente de que sus acciones no son para molestar, su interés parece sincero, tal vez solo quiere que yo me encuentre bien, cuando por fin termine de analizar la situación y a mi alrededor unos cuantos me miraban, cuando acepte mi error enrede mis cortos brazos en su estrecha cintura y recargue la cabeza en su espalda, el me tomo de las manos entrelazando sus largos y huesudos dedos con los míos. Y rompí en llanto.

Cuando por fin lo solté, él se volteo y me abrazo, decidí tener la cabeza baja, ambos aviamos lo que pasaba, pero los demás no. A pesar de mie esfuerzo por ocultarlo no fue suficiente y uno que otro se dio cuenta.

Ring-De nuevo el timbre marcando el fin del receso y el inicio de otra clase.

Solté a Jack e inicie mi camino al salón, lo as rápido que pude, atravesando el patio, de nuevo por suerte nadie observaba el estado en el que estaba, ni las miradas hipócritas que en un inicio me seguían.

Al llegar al salón recupere parte de mi cordura. Tim con esa indiscreción que lo define, me preguntó-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?- y me abrazo.

-No me abraces o voy a llorar de nuevo- cite con un sonrisa.

-Eso no importa ¿Sabes que te quiero mucho?-Y algo dentro de mí se volvió a quebrar, pero esta vez con un llanto real, las lágrimas me empapaban las pestañas y realizaban un recorrido hasta llegar a mis labios donde dejaban un ligero sabor a sal. El salón se conservo en silencio con excepción de los sollozos que se creaban en mi pecho y los expulsaba por la boca.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2017 ⏰

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