I

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Un chico, normal y corriente, tanto que es aburrido tan solo describirlo. Cabello castaño como el chocolate con leche, ojos azulados, corporalmente delgado. Un adolescente tan monótono como cualquiera, con una vida feliz, rodeada de sus amigos y familiares. Su pareja que estuvo ahí para él en buenas y en malas. ¿Qué se podría pedir ademas de eso en tan traquila vida como la suya?.

—¡Freddy, cariño, baja o vas a llegar tarde a la escuela! —desde la planta baja de oyó la voz de su madre, resonando por la casa, dando a los oídos del mencionado, despertándolo de un pequeño transe mientras seguía preparando los libros que llevaría ese día—.

—¡Voy! —se limitó a responder —.

Mochila, uniforme, peinado –aunque por lo alborotado de éste casi ni se notaba la diferencia entre cepillado y despeinado– y guitarra. Todo listo para ese día en la escuela.
Baja corriendo las escaleras, y con una sonrisa adornando su rostro saluda a su mamá con un beso en la mejilla.

—Buenos días, hijo, ¿cómo dormiste? —le preguntó, mientras que los huevos fritos hacian su magnifico ruido en la sartén—.

—Ayer me quedé hasta tarde componiendo ua nueva canción, asi que no pude descansar mucho, jaja~ —rió nervioso, esperando no llevarse un regaño a cambio de su confesión. Ella tan solo suspiró, sabiendo que no valía la pena reprenderlo—.

—La competencia es en unos meses, con los chicos deben estar muy ocupados.

—¡Claro! Nos hemos estado esforzando más que nunca para poder estar a la altura de "The Toys". Queremos ganar esa competencia —dijo con seguridad y orgullo en sus palabras, su madre estaba feliz por él y se notaba en tan solo su mirar—.

—Oh, pero mira la hora, si no sales ahora puede que llegues tarde, no queremos que Chica se enfade contigo —terminó de freír los huevos, para ponerlos en la lonchera de su hijo y entregarselo en manos— mucha suerte hoy.

—Gracias, mamá. ¡Te veo después! —se acercó a ella para besarla nuevamente en la mejilla—.

Con mochila en manos, se dirigió hacia afuera de su domicilio, para dar su caminata diaria hacia la estación de autobuses, aunque esta vez más apresurado que de costumbre.
Corrió como pudo –pues su condición física no es de las mejores que digamos– al ver el autobús ya parado y a punto de irse del lugar.
Logró subirse después de todo, y como milagro pudo tomar asiento y recuperar el aire perdido. No dudó en sacar sus audifonos y reproducir una cancion que habia quedado pausada de la tarde anterior y relajarse mientras volvia a respirar con normalidad.

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—¡Hey, Bonnie! —llamó la atención del mencionado, el cual tan solitario como siempre, se econtraba leyendo unas partituras completamente concentrado en ellas. El saludo de Freddy lo hizo salir de su burbuja, sonriendole como de costumbre—.

—¿Qué tal, Freddy?.

—Acabo de llegar, casi pierdo el autobús por casi quedarme dormido. Ayer estuve terminando mi solo de guitarra y creo que está quedado perfecto, en lo personal —guiñó un ojo, transmitiendo confianza en su hablar—.

—Ya hemos estado avanzando mucho en las prácticas, con tú solo terminado y más clases con mi maestro, estoy seguro de que podremos ganar la competencia de este año —sujetó sus lentes, acomodandolos, y dando su característica sonrisa, seguida de una leve risa—.

"Separados al nacer" [Frededdy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora