Jeu Sanglant

Capítulo 4

Pareja: SasuHina

Los personajes de Naruto/Gantz no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto y Hiroya Oku.

— Diálogos —

— "Pensamientos"—

Recuerdos

"Narración de parte de un personaje"

(...) cambio de tiempo, lugar o escena.

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Nuestro protagonista aguardaba a que la rubia finalmente se dignara a salir de la dichosa casa; ¿Para qué? ¿Qué hacía esperando aún?, con eso en mente se dispuso a dirigirse a su apartamento pero Shion finalmente hizo acto de presencia, el disgusto y el shock se plasmaba en su fina faz. Con la vista vacía camino de manera lenta hacia Sasuke.

-¿Qué te sucedió "princesa"?- preguntó de manera socarrona. Shion no reacciono de la manera que esperaba. Balbuceo algo inentendible en respuesta. Sasuke hastiado le preguntó qué rayos había pasado.
- H-Hay otra como yo- contestó shockeada aún, Sasuke mostró sorpresa en un momento. Incómodo miró hacia otro lado esquivando a la rubia.
-¿Qué piensas hacer entonces?- nuestro protagonista empezó a caminar rumbo a su casa sin esperar a que Shion lo siguiera.
-Veré como arreglármelas- de manera obstinada contesto, rehusándose a pedirle ayuda a ese amargado. Volvió a adentrarse para al menos ponerse algo de ropa de su talla.

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En el mismo apartamento en el que comenzamos nuestra historia, despertaba Sasuke Uchiha, incrédulo de lo que paso la anterior noche se sentó en la cama, meditando todo. Tomó rápidamente su móvil para llamar a Mikoto; su adorada madre, no espero más de dos tono cuando una dulce voz contestó.

-¿Sasuke-chan? Qué sorpresa que llames, cariño - la única voz que lograba confortarlo. El morocho no se había dado cuenta de cuánto extrañaba hablar con su progenitora.
-Mamá- saludó el. Quería contarle sobre lo del accidente en el metro; sobre Gantz, pero sabía que su cabeza terminaría explotando.
-¿Cariño? ¿Sucede algo, corazón? ¿Necesitas más dinero?- la preocupación se dejo notar en la voz de aquella mujer.
-Te extraño y creo que demasiado, madre- finalmente dejaba ver algo de debilidad como él llamaba a los sentimientos. Después de unos minutos terminaron de hablar, prosiguió a prepararse para ir al instituto.

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Esta vez nos centraremos en Naruto Uzumaki, el siempre buen amigo Naruto, quien iba al instituto público donde siempre se mantenía con los débiles de la escuela. A su lado iba el pequeño Konohamaru, iba contándole la increíble aventura que tuvo en su sueño noche. Ambos eran huérfanos y crecieron en el mismo orfanato, hasta que fueron adoptados por una abusiva señora que solo los quería para que hicieran de sirvientes de sus hijos biológicos. Naruto entrenaba y trabajaba arduamente para volverse más fuerte y tener más dinero. Así podría darle a su hermanito lo mejor.