Texts. (Wigetta).

XXIV

Camino a la salida mientras desenredo mis auriculares que se han hecho un extraño nudo mientras estaban en mi bolsillo trasero de la bolsa, e intento que nadie me pregunte porqué me voy cuando queda una hora y media para salir. Pero extrañamente lo consigo, paso por la puerta y nadie me pregunta a dónde voy o porqué. Cuando voy a girar a la derecha estoy a punto de soltar una risa irónica y estúpida, pues veo a Rubén y ese amigo suyo con el que siempre va, saltando por el muro trasero de piedra de la escuela, a pesar de que la puerta... está prácticamente abierta. 

Camino rápido hasta la escuela de Luci, que está a diez o quince minutos corriendo de la mía. 

(...) 

Tengo las manos heladas cuando llego, con mi respiración entrecortada y sin dejar de mirar el reloj de mi muñeca derecha. ¿He llegado tarde? ¿Dónde está? 

Me paro frente a la puerta, que está abierta, y con cuidado me adentro hasta llegar a secretaría, donde una mujer de pelo blanco y aspecto afable me sonríe. 

—Hola.—Saludo educadamente, para luego preguntar qué clase es la de Luci. Cuando ella me pregunta porqué, digo que es para ver la actuación de marionetas que la clase estaba preparando. Ella parece sorprenderte, para luego quedarse callada unos segundos, y yo me pregunto si esta señora mayor está bien, pues se ha quedado sumamente quieta. Estoy a punto de volver a decir algo, cuando ella se mueve -al fin- para mirar un papel que tiene en la pequeña mesa de madera a su derecha. Después susurra que es la clase 12-A, así que yo corro hacia el pasillo, mientras la señora grita de fondo que si soy un buen padre. Sus palabras me hacen reír suavemente, y es que posiblemente, sí que parezca el padre de la pequeña Luci, pero, ¿quién no haría esto por ella?

"Estoy asustado de entrar a una clase de niños pequeños, ¿es eso normal? 

—S"