– ¿Te has enterado? Dicen que la chica helada vaga por las calles de noche para insinuárseles a los hombres. – Hablaba una chica pelirroja hacia su amiga de cabello anaranjado que se posaba a su lado.
– Sabía que no se quería para nada, pero no pensé que fuera una cualquiera… - Murmuraba la chica peli anaranjado para no ser escuchada por la “Chica helada”. – Debe de ser tan fea como para insinuársele como una zorra a medio mundo, ¿eh? – Dijo después de soltar una que otra risa.
En ese instante cuando las chicas terminaron su “charla” caminaba una chica con la mirada seria y fría; su tez era blanca, su cabello era negro y le llegaba debajo de los hombros, sus ojos eran de color marrón claro, con un toque ligero de verde en ellos. Su complexión era delgada y a los ojos de los demás se vería hermosa; si no fuera por esos ojos que reflejan el odio y la dureza de su actitud. Esta chica era Nora Heavenly, La chica helada.
Murmullos se escuchaban allí y allá en aquel pasillo extenso; todas las personas que se encontraban allí posaban su vista en una sola persona que caminaba por ahí casualmente, ignorando completamente los comentarios que hacían los demás acerca de ella. A Nora no le importaba para nada, ni siquiera los escuchaba.
“Que personas tan imbéciles, viven de sus críticas hacia los demás; si no, no tendrían alguna razón para vivir en este maldito y horrible mundo de mierda.” – Pensó fastidiada Nora, apretando los dientes para no asesinar a nadie presente ahí. Solo camino perezosamente a su aula, abrió la puerta y entró. Al parecer había un par de personas allí, pero no les prestó atención y fue directamente a sentarse en su asiento. Este se encontraba cerca de la ventana; como a ella le gustaba. Dejo su mochila a un lado de su silla y se sentó, colocó su codo en el pupitre y recargo su rostro en su mano, quedando su rostro mirando hacia la ventana.
Entrecerró los ojos un poco notando los alumnos que caminaban juntos por toda la escuela; miro a todos y a cada uno de ellos, los miraba con desprecio, y en especial a aquella parejita que caminaba de la mano sonriéndose como bobos; a ellos los miraba con asco, como si fuera la cosa más despreciable que se puede ver en público.
“Solo unos dos años más Nora, y sales de esta inmunda porquería llamada escuela; donde todos sus habitantes, incluyéndome, damos más asco que los propios cerdos.” – Pensó para sí misma Nora, deseando desaparecer lo más posible de ese lugar.
Sonó el timbre y todos los que se encontraban en los pasillos o en cualquier lugar que no fueran las aulas, entraron. Para Nora el peor momento era cuando el timbre sonaba, esto era porque todo el mundo hacia ruido al entrar dando quejidos como: “¡Hay, ya sonó el maldito timbre!” o algo como: “¡Dios que flojeraaaaaaaaaaaaa!” Y esto deseaba quedarse sorda por unos momentos o cortarles las lenguas en ese momento.
Cuando todos estaban sentados en sus lugares, el profesor entró y todo el mágicamente mundo se calló inmediatamente. Nora suspiro de alivio y cerró los ojos, sintiéndose un poco relajada de tan buen silencio. Y bueno, hasta que el profesor habló y destruyo la tranquilidad de Nora.
– Muy bien alumnos, tenemos un nuevo compañero. – Explicó en voz alta el profesor. Él era mayor, tenía algunas arrugas en su rostro y su cabello se había caído completamente, solo que no de sus costados. Después de notar todo el silencio, dijo: –Adelante, puedes pasar. – Y en eso, entro un chico alto, de cabellos amarillos y ojos azules, él tenía una sonrisa demasiado alegre que los demás; Nora se repugno de solo verlo, tal sonrisa le provocaba sentirse enferma.
No tardaron las chicas en dar grititos desesperados como la de una niña que apenas y cree ver a su amor de toda su vida; comenzaron a “susurrar” (entre comillas porque para Nora parecían gritos del más allá) acerca de este chico. “¡Es tan guapo!”, “Se ve tan sexy…”, “¡Sus ojos son perfectos!”, y bueno, uno que otro hombre lo miraba enojado por tanta atención a las chicas.
– Por favor, preséntate. – Dijo el profesor hacia el chico de ojos azules; este sonrío y comenzó a hablar.
– ¡Buenas! Soy Mike Baskerville, un gusto ~ - Dijo el nuevo dando un guiño y una sonrisa coqueta a las chicas, estas cayeron sonrojadas y otras sonriendo como bobas. La única que no se movió un centímetro, fue Nora, solo su expresión cambió, reflejaba asco hacia el chico y lo miraba como si estuviera completamente loco. Mike miro a Nora, y se confundió con su expresión, nadie había reaccionado así por su sonrisa o mirada. Se sentía extraño y a la vez curioso, pero no dejo de sonreír.
– Y bueno, Mike es extranjero, nació en Canadá pero vivió en Francia. Así que llévense bien con él o con gusto les arranco esas lenguas suyas, ¿entendido, queridos alumnos? – Habló el profesor tan calmado que daba miedo, a todos les hizo sentir un escalofrío en su columna vertebral, temiéndole un poco. – Bueno, como no veo a nadie decir nada comenzaremos la clase, Baskerville, siéntate a lado de Heavenly.
Mike miró alrededor a ver si alguien levantaba la mano diciéndose llamar “Heavenly”, pero nadie, después de casi 2 minutos de silencio a ver si alguien tenía las malditas ganas de levantar la mano, pero nada. Hasta que todos comenzaron a murmurar, Mike alcanzó a escuchar cosas como: “Huy, que grosera.”, “Ella es la peor de las personas”, “Después de zorra, engreída.”. Esa chica debía tener una mala reputación para que le dijesen esas cosas. Hasta que todo el mundo calló cuando el profesor habló.
– ¡Silencio! Heavenly, ¿serías tan amable de levantar tu mano, por favor? –
– No. – Respondió Nora. – Usted como profesor le hubiera dicho al chico quien era yo y donde me encontraba, ¿no? Algunas personas no somos tan “amables” como para levantar la mano y gastar mi preciada energía para él. – Mike miró inmediatamente quien había dicho tal cosa a un profesor; poso su vista a la chica, se sorprendió al ver sus ojos, estos estaban llenos de odio; algo que nunca vio de las personas.
– Hay, maldita sea. – Maldijo el profesor frotándose su frente. – Siempre es lo mismo con ella… Bueno, Baskerville, siéntate al lado de Heavenly, que creo que deduzco quien es, ¿no?
Mike asintió a eso y fue al asiento que estaba a lado de aquella chica, ella ni siquiera lo miro o se presentó, solo miró hacia la ventana desinteresadamente. Mike sentía una gran curiosidad hacia ella, y el porqué de su actitud.
– Bueno alumnos, comencemos la clase. – Dijo el profesor al voltear al pizarrón.
Mike solo siguió mirando a la chica, esta al sentir la mirada del chico volteo y se encontró con sus ojos.
– ¿Qué diablos estás mirando? Deja de hacerlo. – Dijo Nora bruscamente a él.
Él solo sonrió divertidamente y poso su mirada al pizarrón.
Nora no soportaba aquella tonta sonrisa. Deseaba que se fuera de inmediato.
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Nadie me interesa
RomanceNora Heavenly, una chica malhumorada que no acepta a nadie ni a ella misma; una chica que nunca se le ha visto feliz por sus compañeros de clase. Es reconocida por su carácter; la típica lobo solitario que prefiere hacer todo sola, no le gusta recib...