Las Consecuencias de una Osadía

Gryffindor Slytherin

Alexys Scamander tenía la capacidad de pasar de hacerte reír a intimidarte en lo mismo que tardas en marearte cuando te estás apareciendo. En realidad, a pesar de que eran prácticamente gemelas, Hermione Granger siempre supo que no podían ser más distintas.

A Alexys lo que pensaran los demás le traía sin cuidado, apenas estudiaba (no le hacía falta) y por muy grandioso y temido que tú fueras, no le importaba intimidarte o matarte con la mirada.

Era de las pocas personas capaces de intimidar a los Slytherin, y era la única que era capaz de intimidar a Draco Malfoy, pues ni siquiera Lucius Malfoy era capaz de influir en su hijo como lo hacía Alexys.

Aunque pensándolo bien, los Slytherin le tenían un profundo respeto, pues en el fondo todo Hogwarts (incluyendo a los profesores) eran conscientes de que ella, de no haber acabado en Gryffindor, sería, ya no la reina, sino la Diosa de las serpientes.

Y es que desde la Ceremonia de Iniciación a Hogwarts, todos supieron que ella iba a acabar con las leyes del universo, para poner toda la escuela patas arriba, porque ya el primer día, todos se percataron de que ella no era normal, que era una nueva especie, que era especial, y el día 1 de Septiembre de hacía 6 años, era la primera prueba.

~Flash Back~

Todos estaban nerviosos. Ella estaba más relajada que nunca.

Todos miraban al suelo como si esperaran su fusilasión. Ella miraba el techo como si fuera la primera vez que veía las estrellas.

A todos les impacientaba saber en qué casa quedarían. A ella le daba igual.

Todos sentían las miradas de Hogwarts fijas en ellos. Ella, las ignoraba.

Entonces empezó la selección.

Cuando el Sombrero Seleccionador gritaba una casa, la casa en cuestión se levantaba y aplaudía como si la vida les fuera en ello.

Después de Harry Potter, la escuela apenas le había prestado atención a quien quedaba en cada casa. Hasta que McGonagall, anunció:

-Alexys Scamander. La última.

-Hmmm, difícil elección- decía el Sombrero- Leal, como Helga Hufflepuff. Inteligente, como Rowina Ravenclaw. Ambiciosa, como Salazar Slytherin. Valiente, como Godric Gryffindor. Cada casa podría hacerte grande de una manera distinta, ¿pero cuál es la que tu corazón ansía?

Después de unos 40 segundos, gritó:

-¡Slyth...- pero cuando ésta casa ya estaba en pie aplaudiendo, pareció cambiar de opinión, pues gritó aún más fuerte:- Gryffindor!

La sala entró en confusión, sobre todo los Slytherin, que cuando ella ya iba llegando a su mesa, empezaron a abuchearla.

Pero ella, calmadamente, se giró hacia ellos, y con la sonrisa más siniestra que que ninguno de los allí presentes hubiera visto jamás, dijo:

-Como vuelva a escuchar un nuevo abucheo de nadie hacia mi, juro que cogeré la varita de esa persona y haré que se la trague por donde suele salir lo tragado. Y no es una amenaza, es una promesa. Pues lo haré. Sea quien sea el que me haya abucheado.

Llegó a la mesa, y los gemelos Weasley le indicaron que se sentara entre ellos, lo cual hizo.

Los Slytherin se sentaron rápidamente. Menos uno: Theodore Nott. Que en ese mismo instante sintió que su corazón volvía a latir, que se encontraba en una nube. "Es una chica hermosa" pensó, mientras que con una sonrisa boba y una mirada perdida pensando en esa cara que ella había puesto al amenazar a todo Slytherin, se sentó lo más disimuladamente que pudo, pues su orgullo Slytherin le decía que perdería la dignidad si se quedaba allí en medio de pie sin dejar de mirarla.