Epílogo.

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Ahora sé quién es 'S'.

S en realidad es Sydney, la chica del cuarto 66.

Sydney se suicidó el 27 de noviembre del 2016, fue algo devastador para todos los del edificio.

No comprendo quien podía tenerle tanto amor a una chica como ella; nunca sonreía, nunca mostraba felicidad, siempre supe que ella tenía problemas aunque nunca me pude acercar lo suficiente como para poder ayudarla.

Una chica vacía, rota y sola.

Espero que ahora pueda estar bien, si es que hay vida después de la muerte.

El chico de las cartas la conocía muy bien, sabia cada cosa de ella y aun así la quería, a pesar de lo inestable que Sydney era. Es una pena que las cartas siempre me llegaran a mi y no a ella, quizás le hubiesen ayudado.

Soy Anton Morrison, el chico del cuarto 69, el chico que recibía las cartas de Sydney.

Tomé todas las cartas de Sydney y las puse dentro de una caja, las setenta y tres cartas.

Me dirigí al cementerio del Estado, en el enterraban a aquellas personas quienes no tenían parientes.

Busqué la lápida de Sydney Charles, al encontrala, noté lo triste que era su situación, sin familiares o algún conocido que le trajera al menos una flor.

Puse el ramo de rosas blancas frente la lápida y dejé la caja junto a ellas.

-Descansa, S.

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