Capitulo único.

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¡Hola! Solo me gustaría aclarar, una vez más, que este one-shot participa en el concurso de One-shots Oikage, del grupo ღ Haikyuu Yaoi ღ Sin más que agregar, pueden continuar leyendo (?)

Ya ha pasado una semana y Kageyama sigue sin poder dormir, no importa cuanto lo intente siempre regresa a lo mismo, él estando recostado en el lado derecho de la cama pensando en quien alguna vez fue su más grande inspiración, suspira tres veces antes de levantarse de la cama, mira el reloj con la esperanza de encontrar consuelo, pero no hay nada de eso, apenas son las 2 am, acaricia sus dedos con desdén y sus ojos arden, pero se obliga a mantenerlos abiertos porque tiene miedo de lo que puede soñar; con suma lentitud se quita su pijama y contrario a lo que cualquiera pensaría se viste con ropa deportiva, otra vez saldrá a correr.

"¿Cuántas veces ya han sido?" Se pregunta, pero aun así no se detiene, después de todo es lo único que logra despejar su mente por un instante. Las calles en silencio le dan tranquilidad que su cama no puede darle y las pocas luces que guían su camino lo reconfortan de la mejor manera, "Se siente bien" quiere decir, pero al final -como siempre- no lo hace, porque en el fondo no es verdad; se sienta a descansar y deja que las lágrimas escapen de sus ojos, tal como lleva haciendo desde que le conoció.

Regresa a casa agotado, y la primer cosa que hace al estar dentro de su habitación es acomodar sus cosas, tan pronto como termina se dirige a tomar una ducha, está lleno de sudor y su rostro no luce bien, ha llorado bastante. Al salir mira nuevamente el reloj, sus manecillas siguen moviéndose y Kageyama por primera vez durante toda la mañana se siente aliviado, ya son las 6 am, toma su mochila y sale de la casa después de haber tomado el desayuno.

En el camino se encuentra con Hinata, pero el de cabellos naranjos se guarda todas sus preguntas, solo espera que las ojeras de Kageyama dejen de aumentar su tamaño, pero ha estado esperando eso desde el viernes de la otra semana y conforme pasan los días pierde la esperanza. En el descanso puede verlo con más detenimiento, puesto que el más alto ni siquiera está discutiendo con él como usualmente hace, su mirada esta pérdida en algún punto, aquella actitud solo lo tienta a pedirle que no vaya al club hoy, que no vaya hasta que se recupere, pero Kageyama va a ignorarlo una vez más. Y por mucho que prefiera eso a verlo de ese modo, sabe que Tobio continuara yendo al gimnasio.

Mientras regresan a clase se encuentran con Tsukishima y Yamaguchi, y por extraño que parezca Kageyama rehúye de la mirada de Tsukishima, justo cuando está decidido a retirarse es tomado de la muñeca por el de cabellos rubios, los otros dos apenas pueden escuchar su corta conversación, pero al menos están aliviados de que Tsukishima le pida a Kageyama un momento para hablar, una vez que el "rey" se ha perdido de su vista, ambos chicos alzan sus pulgares hacia Tsukishima, quien solo atina a rodar los ojos con fastidio.

Cuando las clases terminan y ambos están frente a frente, Tsukishima le pide a Kageyama que lo siga, este último acepta sin chistar, por un momento Kei se siente abrumado ante la actitud tan sumisa que el rey le muestra y -naturalmente- está tentado a aprovecharse del chico, pero dada la situación decide dejarlo para más tarde.

Tsukishima solo puede sentarse a lado del rey sin decir nada, no sabe por dónde comenzar y tampoco se cree capaz de tener el suficiente tacto para hablar de un tema como ese, "Estas hecho un desastre", Kageyama oye atentamente esas palabras y a los pocos segundos asiente frenéticamente mientras cubre sus ojos con ambas manos, lo sabe, lo sabe perfectamente, pero le cuesta lidiar con eso, no quiere sentirse de esa manera y eso está torturándolo continuamente porque no puede detenerlo.

El de lentes solo pasa una mano por los hombros ajenos y atrae el cuerpo del más bajo hacia el suyo tratando de darle un poco de confort, "Si quieres dormir puedes hacerlo, te aseguro que mientras estés conmigo no vas a soñar con él", lo dice tranquilamente mientras acaricia la cabeza del otro, Tobio no tiene tiempo de exaltarse al oír esas palabras, está dispuesto a dejarlas pasar, se acomoda y cierra sus ojos buscando la gratificante sensación de descansar.

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