Capitulo 1

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Su mirada se encontraba perdida mirando la misma tumba que visitaba cada año, a su lado estaba su madre con un pañuelo en la cara limpiándose las lágrimas que caían por sus mejillas, Blas la dio un apretón en el hombro intentando transmitir tranquilidad, su madre simplemente le abrazo, fue cuando Blas comenzó a llorar.

Hoy hacia 4 años que había muerto su padre a causa de un accidente de coche. Blas iba con sus padres en el coche, el se quejaba de que no quería ir, su padre se despistó para mandarle callar y cambió de carril estrellándose contra otro coche. Blas y su madre solo habían sufrido pequeñas heridas comparado con su padre, el se sentía culpable, porque si simplemente se hubiera callado, no habría pasado esto. Más de una vez su madre se lo había echado en cara, pero en estos momentos, solo necesitaban el apoyo emocional mutuo. Cada vez que su madre le decía : "Si no hubiera sido por ti, ahora estaría vivo", Blas intentaba pensar que solo lo decía cuando se cabreaban y que era causa de eso, de estar enfadada, pero a veces no servía y se hundía, creyendo de verdad que había sido su culpa.

Se soltaron del abrazo al ver a Carlos acercarse a ellos, Blas caminó a su dirección dejando a su madre sola mientras les observaba. Ellos dos se fundieron en un abrazo, Blas lloró como un niño pequeño.

-Blas...-Susurro Carlos mientras miraba a la madre de este por encima del hombro de Blas. Ella simplemente les observaba, Carlos se apartó un poco de Blas.- No llores más, ¿vale? Vamonos a comer algo si quieres o ver películas, no se, pero anímate.

Blas intentó sonreír pero más bien le salió una mueca. El se acercó a su madre.

- Me voy con Carlos.

Dijo mientras se secaba el rastro de lágrimas que había dejado en sus mejillas. Ella simplemente le miraba, Blas al no recibir respuesta, dio media vuelta y antes de que se fuera, le agarro de la muñeca.

-¿Vas a dejarme ahora? -Blas la miro sin entender y frunció el ceño.- Tienes que irte cada vez que pasa esto y dejarme sola mientras lloro, creía que me tenías un poco más de aprecio.

-¿A que viene todo eso?

-Pasas más tiempo con el que conmigo, si tú padre estuviera aquí, no te dejaría irte así porque si...

-Papa no está ya, ¿vale?-Subió el tono de voz, haciendo que varias personas se girarán a mirarle.- Y seguro que me entendería más que tú, seguro que a él le gustaría que yo tuviera mi vida y no estar llorando en cada esquina, el preferiría que yo estuviera pasándomelo de puta madre y no aquí discutiendo contigo solo porque me voy con un amigo a animarme y no estar aquí amargándome como tú, tal vez deberías hacer lo mismo.

Blas soltó toda la furia que tenía dentro y su madre le miraba incrédula, el no entendía de donde había sacado el valor para decirle todo lo que llevaba guardado desde hace años.

-Has cambiado desde que no está...

-Es lo que hay... Porque tú lo has dicho, ya no está.

-Si simplemente te hubieras callado... No habría pasado esto, ahora estaríamos los tres juntos.

Y de nuevo, el mundo se estrelló contra Blas. Él quería llorar, le habían recordado que la culpa la tenía el. Simplemente se dio la vuelta y sonrío, falsamente, pero sonrío.

.*.

-Toma Blas, píllalo. -Dijo mientras tiraba una lata de cocacola a Blas.- Vamos a emborracharnos a base de cocacola.

Carlos se acercó a Blas y se sentó al lado de el moreno mientras buscaba algo interesante en la tele.

Después de la pequeña pelea de Blas con su madre, los dos amigos habían marchado hacia la casa del rubio, donde habitualmente Blas pasaba casi todo el día. Digamos que eran inseparable por algo, siempre se tenían uno al otro en los peores y mejores momentos.

Blas miro al rubio, su cara reflejaba tranquilidad mientras pasaba los canales, su lacio pelo rubio caía por su frente. A Blas siempre le había parecido bastante guapo al decir verdad, pero nunca le había visto como alguien más, aunque el chaval también fuera bisexual, como el moreno.

Después de un largo tiempo, Carlos se quedo dormido después de dejar una película. Blas se levanto y cojio una manta para taparle, el se quedo observándole tiernamente, sin pensarlo comenzó a sonreír como un tonto enamorado. Se puso a su altura y le miro más fijamente, observando todo su rostro lentamente comenzando por los ojos y terminando en sus labios, los cuales parecían bastante sabrosos.

Blas comenzó a preguntarse a sí mismo que estaba pasando.

¿Por que de repente se sentía así?

Sus pensamientos se frenaron al escuchar como la melodía de su tono de llamada comenzaba a soñar. Molesto se levanto de donde estaba y se dirigió a coger su móvil.

Para su sorpresa era su madre. Pensó no contestarle el teléfono ya que seguramente comenzaría a recordarle lo mal que lo hacía todo o simplemente la pelea que habían tenido anteriormente.

Finalmente decidió contestarla sin gana alguna.

-¿Sí?

Dijo mientras comenzó a andar por todo el salón.

-¿Blas? ¿Cuando se supone que piensas venir a casa?

Soltó un suspiro y miró dese la otra punta del salón a su compañero, quien emitía pequeños ronquidos.

- Después iré.

Su madre resopló, a ella no le gustaba mucho que estuviera con Carlos, ya que ellos dos no se llevaban muy bien, aún no sé porque, nadie lo sabe. Pero al parecer hubo algún pequeño encontrón entre ellos dos.

- Está bien hijo, ten cuidado.

Blas se sorprendió al tono de ternura que había soltado su madre, pero antes de poder preguntar a que se debía, ya había colgado, dejándole con la palabra en la boca. Siempre lo hacía, el pensaba que lo hacía aposta para molestarle o en algún motivo en especial.
Colocó el teléfono en la mesa y volvió a su lugar, donde Carlos estaba aún durmiendo.

Changes. -Blarlos.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora