Prólogo; pesadilla

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Era una noche nublosa y algo lluviosa. La calefacción de mí hogar no funcionaba. Algo andaba mal.

Caminé lentamente hacía la puerta de mí habitación, tratando de no despertar a Mila. Claro, si la despertaba, ella misma me asesinaria, y no quería eso. Menos aún en su estado.

5 meses de embarazo.

Tomé el pomo de la puerta, y lentamente la giré, haciendo el menor ruido posible.

—Un... Dos...

La puerta pareció oír mis pensamientos, ya que no hizo el ruido que siempre hacia al ser abierta.

—Listo.

Sigilosamente salí de la habitación, adentrándome a la fría oscuridad que acechaba nuestro hogar.

Un paso.

Dos pasos.

Tres pasos.

Cuatro pasos.

—¡Ben! —Mila gritó desde la habitación.

Hice mala cara y froté mi rostro con frustración.

—Mierda —grité silenciosamente—. Amor, voy a arreglar la... Calefacción.

—Vuelve aquí, así déjalo.

Pude escuchar sus pasos sobre la madera.

—Cariño... —me giré, sin embargo, las palabras no salieron de mí boca.

La mitad de su rostro yacía ensangrentado, con un ojo desorbitado, su sonrisa se esparcia por todo el rostro,
el cabello que antes lucía morado platinado ahora se tornaba de un rojo carmesí. Su pijama de unicornios lucía igual de limpio que cuando se acostó a dormir.

Su posición era extraña, tenía las piernas bien separadas y los brazos estaban inmóviles a sus costados.

Giraba la cabeza de un lado a otro, tratando de obtener el mejor enfoque de mí.

—¿Quieres jugar?

—¡No!

Mis movimientos fueron cesados, alguien me tomó de ambos brazos y me detuvo tan rápidamente que no tuve tiempo para asimilar que estaba ocurriendo, me quedé pasmado.

—¿Ben?

Su dulce voz tranquilizó mis sentidos.

—¿Estás bien, cariño? —preguntó nuevamente—. ¿Otra vez una pesadilla?

Ignoré su comentario e instintivamente dirigí mi vista hacia el despertador, que yacía en la mesita de noche,  a mí lado.

3:33 a.m.

—Otra vez... —murmuré.

—Van tres días, Benjamín —dijo Mila con algo se preocupación—. ¿No piensas decirme que es lo que te atormenta? Desde ese día has estado extraño... Si no me dices... Tendré que acudir a John.

—No —respondí apresuradamente—. No es... Necesario, cariño. Sólo que, como ya te había dicho, vimos una película de terror, eso es todo...

—¡Benjamín! —reprochó—. No soy estúpida. Te prohibi que tocaras esa tabla, ¡te lo prohibí, maldita sea!

John.

—No la toqué, Mila, te lo aseguro.

—Te lo dije, te lo dije —decía contimuamenre—... Te lo dijeeee.

«Como si no lo hubiéramos hecho antes» pensé.

—Dejamos ese maldito juego para no arriesgar nuestras vidas, ¡la vida de Milo! —gritó, parecía muy enfadada, dijo tantas cosas seguidas que decidí no escuchar sus reclamos. Era hombre muerto—. ¿Ahora a que demonio invocaste?




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Odio tener que arruinar el prólogo de esta manera :c

!!!!!
Hola, chicos/as, me gustaría saber que opinan de esto... Ya tengo planeado todo en esta historia, empezando por el final: la conclusión!

Por cierto, hay alguien que haga portadas? Alguien que me pueda hacer una?

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2017 ⏰

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