Cambiemos la historia |Watashi ga Motete dousunda|

Hayato Shinomiya

...

-Sin importar a quien elija...

-No habrá arrepentimientos ¿Verdad?

-Claro.

Al escuchar el sonido de la puerta todos miraron a la pelimorada expectantes por su respuesta.

-Yo he encontrado a una persona especial...

-¡¿Q-Quién?!

Todos exclamaron algo desesperados por conocer quién era el ganador del amor de Serinuma Kae.

-Pues...

❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋~❋

-¡Que alegría volver a la playa! ¿No, Shinomiya-kun?

-Y esto no es todo lo que he preparado, Serinuma.

 El joven tomó la mano de su pareja llevándola a otra parte de la playa en la cual pudieran tener privacidad, era casi el atardecer cuando habían llegado al lugar. Antes de cruzar por un pequeño sendero rocoso, Shinomiya sacó un pañuelo de su bolsillo y cubrió la visión de la chica con delicadeza.

-¿Eh, para qué es esto?

-Solo espera a ver la sorpresa que preparé.

 La chica asintió un poco y se dejó guiar una corta distancia por su acompañante; cuando este le quitó la venda pudo apreciar el área decorada, perfecto para pasar una bonita y sencilla velada junto a las olas.

-¿Qué te parece?

-Shinomiya, es muy bonito.

-¿Qué tal si comemos algo?-Dijo mientras alzaba un poco la canasta en su mano.

 Al tener una respuesta afirmativa por parte de la contraria, ambos se sentaron en el futón y mientras Kae servía la ensalada de frutas Hayato servía las bebidas. Al cabo de un rato de haber comido, decidieron entrar un rato en el agua antes de que el sol desapareciera por completo; estuvieron jugando hasta que oscureció.

-Me parece que deberíamos ir al hotel, antes de que sea más tarde.

 Estaban a punto de irse cuando una repentina lluvia se precipitó sobre ellos, ambos intercambiaron miradas antes de tomarse de las manos y comenzar a correr entre risas, pero cuando la suave y apenas notoria lluvia se tornó en una torrencial y ruidosa apresuraron su paso.

-¡Y pensar que haría un buen clima hoy!

~❋~

 Llevaban bastante tiempo corriendo en busca de algún refugio puesto que el camino había sido cubierto por la marea alta, ambos demostraban cansancio tanto en sus cuerpos como en su respiración; al encontrar una cueva como alternativa no dudaron en cubrirse dentro de ella.

-Que día...

-Realmente lo siento, Serinuma. De haber sabido esto nuestra cita no se hubiera arruinado y...

-Está bien, Shinomiya no fue tú culpa, no podrías saberlo.

 Kae abrió su bolso, el cual agradecía en esos momentos que fuese de cobertura de plástico, y le tendió una toalla al ambarino con una sonrisa comprensiva.

 Una vez que estuvieron un poco más secos se sentaron en contra de una piedra uno junto al otro, la oji-esmeralda dio un fuerte respingo ante el repentino estruendo causado por el fuerte rayo causando que se abrazara a Hayato con fuerza.

-Hayato-kun, por favor no me dejes.

-Te protegeré siempre, Kae-chan.