Día 4. [Spamano]

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[Día 4. Ship: Spamano (EspañaxRomano)]

Miserable... muy bien pudo haber sido esa palabra la que definiera sus sentimientos en ese momento, no solo eso, su vida, su mundo, su mera existencia era miserable.

Y no es como si de un momento a otro algún acontecimiento importante hubiese afectado su estado de ánimo, aquella desdicha era producto de años y años que le habían dejado con una sola conclusión.

Y si, se muestra confiado ante el mundo, haciendo uno que otro comentario cargando de arrogancia, sonriendo cual fanfarrón ante las damas y restándole importancia a esa pequeña afición que tenían las personas a su alrededor de preferir a su hermano por sobre él mismo, se grita por dentro que todo está en su mente y no es más que una mera mentira, pero allí, en instantes como esos es en donde toda su fachada se quebranta, rompiendo en miles de pedazos...

Pesadamente abre los ojos, como dos opacas piedras preciosas color olivo que se pasean pausadamente por la habitación, lo rayos de sol que se colaban por las persianas entrecerradas cargan de pesadez la atmósfera dando cierto aire de melancolía. Se coloca mirando hacia el techo, yaciendo en la cama. Sus ojos arden y como si fuesen extremadamente pesados sus brazos suben hasta los mismos, frotandolos con sus palmas, aliviando por instantes el indiscutible dolor de haber estado llorando cual niño pequeño hace unas horas.

Como si analizara detenidamente el color a penas distinguible del techo, da una larga mirada, esta vez sin ningún pensamiento que atravesase por su mente, sumido en el sepulcral silencio de su propio hogar, más aún de aquella habitación.

¿Cuánto tiempo habría estado allí? ¿Horas? ...Pero ¿A quién le importa al fin y al cabo?

De nuevo siente las lágrimas caer por sus mejillas, ardiendo, quemando cada tramo de piel que tocaban a su paso. ¡Llora, una y otra vez! Pero... ¿Por qué?

Dolía... no solo sus ojos, su pecho, su rostro, sus manos... respirar, dolía tanto, cada bocanada de aire representaba la más tortuosa agonía.

Quizá todo sería más fácil si el llanto se llevara las penas consigo, si al llorar, las lágrimas borrasen su pesar abriendo camino a la dicha, pero aquello sería demasiado pedir, ¿no? Siempre lo fue... siempre fue demasiado pedir, siempre fue demasiado esperar, esperar que algo cambiase el rumbo de su vida.

Se maldice una y otra vez por ser débil, con la poca fuerza que aún mantenía su corazón latiendo, toma la almohada a su lado y la coloca en su rostro, sabe que nadie puede verlo, pero hasta él mismo se da pena.

Entonces un pequeño ruido rompe con la quietud en la que se sumergía.

Arrastra la almohada hacia abajo, mostrando sus ojos aún con la vista al techo, la cual desvía hacia la puerta, buscando inútilmente la fuente del sonido, pero al fracasar solo da un suspiro y se queda estático, rogando porque tan repentinamente como llegó se fuera y le dejara continuar como había estado hasta ahora.

Pero tal parece que el sonido insiste en hacerse notar, inclusive haciéndose presente una voz, llamándolo por su nombre.

"Lovi"

Escucha una y otra vez, y por cada una de las veces en las que su nombre es pronunciado por aquella voz, su pulso se ve en gradual aumento, mas siente un sudor frío recorrer su espalda.

¡Sería patético que le viera en ese penoso estado! Siquiera soportaría mirarse en un espejo en un momento como ese...

Vuelve a colocar la almohada en su rostro, tal cual como si aquella acción le volviese invisible, y deseando ingenuamente en su interior que así fuera.

Five Days [Multipairing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora