Creepypastas

No abras la puerta

Si bien Alex ha aprendido algo es a obedecer. Era una noche llena de risas, comida y videojuegos. Su mejor amigo Dan se había mudado con el apenas hace unos días atrás. Eran las tres am y todo normal, jugaban, bebían y platicaban de lo usual ya que no se habían visto en dos años. Tres siete y el reloj parece no avanzar.
-Alex, creo que tu reloj está mal ya que hace un minuto que no avanza-dijo Dan un poco preocupado. De repente un golpe en la puerta les congela los huesos. Alex vivía solo hasta que Dan se mudó con él, solo que solo eran ellos dos en la casa y ya.
-Dan...-dijo Alex asustado por el golpe, los dos chicos se miran fijamente.
-Alex, por nada del mundo abras la maldita puerta-le advirtió su amigo. Los dos estaban sentados en le piso, se levantaron y se sentaron en la cama. Han pasado 30 minutos y el reloj sigue sin avanzar y los golpes ahora son rasguños, luego la puerta se entreabre, los chicos aterrados no piensan en mover ni un solo músculo.
-ALEX! AYUDAME!! POR FAVOR!!!-gritaron unas voces que parecían las de su madre. Alex estaba atemorizado, pero Dan parecía no oír nada.
-No oyes eso? Los gritos-dijo Alex
-No, pero no abras la puerta-respondió Dan con firmeza. Alex comenzaba a perder la cordura, hasta que vió a su amigo y se dió cuenta de que un sentimiento de locura empezó a brotar de Alex. Con fuerza Alex sostuvo la mano de Dan quien al darse cuenta la apretó con firmeza.
-DAN! PEQUEÑO AYUDAME!!! AYUDA!!-gritó la madre de Dan, él le tenía mucho cariño a ella. Sin pensarlo dos veces se soltó del agarre de su amigo y salió corriendo a la puerta, al abrir la se encontró con un ser horrible. Su sonrisa esa macabra, sus ojos eran rojos sangre y su tez negra. Tenía cuatro brazos y caminaba de una forma muy macabra. Se acercó a Dan y empezó a destriparle, a medida que lo iba matando Dan gritaba del dolor ya que solo le abría el estómago sin matarle aún. A los pocos minutos Dan estaba muerto y no habían rastros de lo que había pasado. Alex al ver como su amigo murió de una forma horrible perdió la cordura.