Imposible...

Buenos días, tardes o noches, este fic lo pensé hace un par de años, espero q sea de su agrado ;) sin más que decir aquí el fic.
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Todo estaba preparado, el plan había sido pensado meticulosamente y memorizado al pie de la letra por cada uno de los participantes, todos aquellos estaban por voluntad propia.
Su determinación estaba por las nubes, pero desafortunadamente también lo estaban sus nervios pues realizaba algo muy impropio de su parte, y es que Shikamaru Nara jamás se había visto en la necesidad de algo tan bajo y arriesgado como una venganza, sobre todo una contra dos miembros de la organización Akatsuki.

Probablemente sea una sentencia de muerte el siquiera pensarlo, y muchos ni siquiera pensarían ni un segundo esa terrible hazaña. Pero el simplemente no podía dejar las cosas así, era algo personal, todo ello le ha provocado una agonía que en su joven existencia jamás había experimentado, un dolor y una pérdida que sin duda dejó un vacío en su vida y la de sus queridos amigos y compañeros. Su maestro, Asuma Sarutobi, La persona que les enseñó tanto, que se preocupó por ellos y que a diario los motivaba había sido cruelmente asesinado por esos malditos Akatsukis sin corazón ni escrúpulos, y lo peor fue... Que el no pudo hacer nada para evitarlo, se sintió un completo inútil. Lleno de remordimiento y con un animo por los suelos ideó el "plan perfecto", teniendo en cuenta todo lo analizado en la anterior batalla, aún faltaban varias cosas como las habilidades del más sombrío de aquella pareja, era obvio que sería más fuerte e inteligente que el parlanchín inmortal, bueno ataría aquellos cabos después, ahora debía preocuparse por encontrarles en aquel extraño y siniestro bosque de árboles enormes y de aspecto moribundo, hace sólo unos minutos antes se había separado de sus compañeros Ino, Choji y Kakashi-Sensei, para dar con sus objetivos, los demás también buscaban en otras direcciones diferentes para que encontrarlos sea más sencillo.

-Deben de estar cerca- Susurró para si mismo el joven de coleta.
Su instinto le decía que faltaba poco para dar con ambos, eso solo aumentaba su nerviosismo y hacia latir su corazón a millón, debía hacer las cosas cuidadosamente, acercarse a ellos sin que se dieran cuenta, si aquello sucedía tendría la ventaja en el combate, sólo rogaba porque eso si pasara... Sino, sería hombre muerto.

-Ahhh!- un ruido apareció de la súbita nada, un sonido extraño que lo desconcertó completamente sacándolo de sus pensamientos, no identificó de inmediato el significado de aquel sonido, pero supo de quien era aquella voz, sin duda se parecía a la de aquél sujeto, ¿como no se darse cuenta? Si ese tipo era un ruidoso... Quizá hacía un sacrificio nuevamente.

Rápidamente se dirigió con paso cuidadoso en dirección de donde el quejido había salido, cuando iba más cerca pudo escuchar aún más de esos mismos ruidos.

-Ahhh! Ahhh Jashin!- Definitivamente era él, lo había hallado y solo faltaba tomarlos por sorpresa.
Con más sigilo y cuidado que nunca se aproximó tras uno de los gigantescos árboles petrificados, lentamente iba asomándose para lograr visualizarlos y así cumplir su cometido, todo trascurría a pedir de boca por ahora. Finalmente dejó de mirar la corteza del árbol y sus ojos dieron de lleno en las acciones de sus enemigos... Maldita sea!, ¿¡que diablos significaba eso!?

-Kakuzu!! M-más fuerte ahhh!- Gemía el más joven de ambos, se encontraba con sus manos, cara y un poco de su pecho recargados contra el oscuro tronco de uno de los muchos árboles ya mencionados, dándole la espalda al encapuchado, que lo tenía sujeto de las caderas enterrandole su gran pene en el pobre ano de el de cabellos platas.

-Ahh Está bien, tu lo pediste- Dijo el moreno algo agitado. En un instante sacó por completo su enorme miembro del cuerpo del chico, agarró los blancos glúteos y los separó lo más que pudo dejando su culo completamente abierto, estando ya así puso la punta de su pene en el agujero ya algo grande del otro y se introdujo de lleno nuevamente en el inmortal, llegando hasta lo más profundo se su ser, el de ojos morados gritó a todo pulmón después de tal acción.