Capítulo 1

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Era un plan sencillo. Entrar, ser parte del espectáculo, obtener la atención del patriarca de la familia Kim y darle el tiro de gracia. Pan comido.

El primer paso ya estaba dado: Yixing y él habian logrado robar la ropa de los bailarines exóticos. Boram los había maquillado y hecho ver 'calientes', añadiendo antifaces para hacerlos lucir misteriosos y sobre todo por seguridad. Yifan y Namjoon estaban en la camioneta, listos para arrancar en cuanto los otros dos estuvieran a bordo.

No era la primera vez que matarían a un mafioso, pero este era el líder, por lo que implicaba un doble riesgo, el cual estaban dispuestos a correr. Pasara lo que pasara, debían matarlo, ese hombre sería el último de su lista, dejarían de perseguir a los demás que estuvieron involucrados en la muerte de sus respectivos padres.

El segundo paso estaba por suceder: Luhan o Yixing debían lograr captar la atención del magnate, seducirlo, llevarlo a un privado y ¡Bang! Dispararle.

Y el tercer paso: Huir antes de ser descubiertos. Dos minutos para salir y oficialmente se retirarían. Su venganza habría terminado.

Todo estaba oscuro, la música comenzó a sonar mientras el escenario se llenaba de humo y luces de colores. Luhan y Yixing se miraron por última vez, tomando el bastón entre sus manos como único recurso, dispuestos a cautivar al público frente a ellos, principalmente a Kim Junmyeon, el objetivo principal.

Entre el público no sólo estaban los hijos de aquel hombre, también los de sus 'socios', viudas y a Lee Donghae, su mano derecha en otro extremo. Yixing deseaba tomar la vida de ese hombre o el de Byun Mino, ese par había matado a sus padres, pero no arruinaría el plan inicial, si la oportunidad se daba tomaría la vida de alguno de ellos o de los dos en su defecto.

De reojo, Luhan vio a Junmyeon junto a Mino, el traficante de armas. Al parecer les gustaba lo que veían, la sonrisa en sus rostros dejaba claro aquello. Luhan se acercó a donde estaba Junmyeon y de forma sugerente continuo su baile, captando la atención total del magnate y de otro de los invitados que estaba atrás.

— Debe ser todo un tigre en la cama. — Chanyeol le susurró.

Los ojos de Sehun no podía dejar de mirar al chico. No sólo era la forma en que se movía o el antifaz que resaltaba sus facciones. Había algo en aquel bailarín que gritaba peligro.

Tres segundos bastaron, sus ojos hicieron contacto y todo el cuerpo de Sehun se erizó. Esa mirada había sido una suave caricia y por primera vez deseó tener el valor suficiente para ir tras el chico. Mentira, deseo tener dinero y poder como todos a su alrededor.

— Es una lástima que sea la fiesta de cumpleaños de Junmyeon y seguramente ellos sean su regalo. — Chanyeol volvió a susurrarle a su primo y de paso le codeó en la costilla para que dejara de babear por el bailarín. 

Sehun se quejó por el golpe, aunque eso no impidió que apartara la mirada de Luhan.

— Una verdadera lástima. — Dijo Sehun, más para sí mismo que para Chanyeol.

Yixing y Luhan terminaron el segundo baile y salieron del escenario. Estaban a punto de concluir el trabajo.

— Contaré hasta cinco en cuanto crucemos la puerta del camerino. Lo tendremos aquí, recuerda el plan. — Luhan estaba seguro que así sería.

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