PDV LUKE.
Habían pasado dos meses desde que el padre de Minndy murió y ella está peor que antes, come muy poco, pero lo bueno es que come, y los cortes, han vuelto a inundar su cuerpo, los chicos, Zoe, Minndy y yo, nos hemos vuelto inseparables, estamos todos siempre que Minndy lo necesita y ella está siempre que nosotros lo necesitamos.
Debo admitir que me gusta Minndy, que digo gustar, la amo, definitivamente, me he enamorado de ella, su sonrisa, sus ojos, sus labios... Todo de ella es perfecto.
Me encontraba sentado en la azotea del colegio con los chicos y Minndy, desde hace un mes mas o menos, ese se ha vuelto nuestro sitio sagrado, nuestro pequeño secreto.
''¿Cómo te ha ido el examen de geometria?'' le preguntó Minndy a Mike.
''Ni me lo preguntes'' dijo Mike y todos reimos.
''Supongo que te ha ido bien, Michael'' dijo Minndy molestando un poco a Mike.
''Pues supones mal, Miranda'' dijo ahora Mike picando a Minndy.
''Eh, ni se te ocurra llamarme asi, te lo advierto'' dijo Minndy y todos reimos.
''Uh... Que miedito, ¿qué me vas a hacer, eh?'' dijo Mike molestando otra vez a Minndy, a estos dos les encantaba molestarse el uno al otro.
''Te retorceré los pezones hasta que se te queden rojos cual tomate'' dijo Minndy sonriendo y todos volvimos a soltar una gran carcajada.
''Vale, tu ganas, pobre mis pezoncitos'' dijo Mike, y asi nos pasamos todo el rato riendo y hablando, hasta que la campana del colegio sonó, anunciando que tocaba ir a clases.
MINNDY PDV.
Se acabaron las estúpidas clases hasta que me fui para mi casa, los chicos solian venir, pero la que siempre me visitaba era Zoe, era mi mejor amiga, como una hermana para mi.
Llegué a casa y dejé las cosas en la entrada y fui ver la habitación de mi padre, no había entrado allá desde hace un par de meses, entré y estaba como siempre, había un poco de polvo pero bueno, me dirijí a la mesita de noche donde tenia unas cuantas fotos, en una estabamos mi madre y yo en España, otra era de cuando mis padres se casaron y otra de mis padres y yo cuando tenia dos años, noté como las lágrimas caian de mis ojos y aunque intentara parar de llorar, era imposible, los echaba muchisimo de menos, eran las personas que mas amaba de este jodido planeta, me dirigí a mi habitación para intentar descansar un poco y miré a la luna, la preciosa luna, ella nunca me abandonaria, siempre estará allá y no me dejará.
''Buenas noches, luna...'' dije y después de unos 20 minutos intentando dormir, el sueño se apoderó de mi...