Capitulo 3: Carta

797 62 5
                                    


Narrador: Nico


Estaba bastante agitado, mire a Isabelle, ella parecía más que nada frustrada, de que hasta ahora no hallamos vencido a los chicos, Simón y Clary solo nos echaban porras mientras miraban entrenar, ella era ruda y los golpeaba sin piedad a la hora de pelear. Yo tenía la espada que me dieron para practicar, una sin filo para que no me cortara, según ellos era por precaución.

-bien-dijo finalmente Alec-terminamos por hoy.

-pero-iba a replicar su decisión.

-no Nico, tienes que ir poco a poco, no tienes que forzar tu entrenamiento-me miro con una de esas miradas que parece que están regañando a los niños-ya de por si eres rápido y águila, tienes un gran control de la espada, aunque un te falta aprender mucho y te hace falta una base.

-si-susurre.

-no es que no queramos enseñarte, es solo que tienes que cuidar tu salud-ahí va otro sermón sobre mi salud-sabes que cuand.

-entiendo-le respondí mientras caminaba para dejar la espada en su lugar-voy a bañarme-les informe antes de que me hagan otro drama de porque desaparecí casi por una hora cuando solo me estaba bañando.

Entre a la habitación que ahora es mía, antes le pertenecía a un niño llamado Max, según Clary era el hermano menor de Alec, Isabelle y Jace, que murió cuando solo era un niño, me dio algo de lastima ya que yo conozco perfectamente el sentimiento de perder a un ser querido. Maryse le había dado dinero a Isabelle y a Clary para que me compraran ropa, ellas me arrastraron al centro comercial, toda la ropa que compre era negra y las remaras con estampas de calaveras o de bandas, Maryse dijo que necesitaba un celular para poder tener comunicación por si hay algún problema, me compraron un, aunque aún no se cómo funciona.

Entre al baño y comencé a sacarme la ropa, encendí el agua para que se llenara la bañera, me mire en el espejo, aun tenía un moretón en mi ojo, tenía el labio partido, arriba y abajo, y en mi mejilla un corte que todavía no cerraba, aunque ahora es más pequeño que antes, cerré el agua y me metí en la tina, el agua estaba caliente más de la que tendrá que estar, pero no me importo ya que al final se terminaría enfriando.

Creo que estuve como una hora dentro de la tina, mire mis manos, estaban arrugadas, salí, me seque y me puse la bata, camine fuera del baño y me encontré con Maryse, ella se encontraba sentada en la cama mientras miraba las cosas a su alrededor. Fue ella la que decidió darme la habitación de Max, me hizo una seña para que me sentara junto a ella.

-¿Qué sucede?-le pregunte mientras me sentaba-¿hay algún problema?

-Nico-me dijo mientras me miraba fijamente-he ido a Idris para saber de tu familia-esto es malo, tal vez solo sea capaz de tener las runas porque soy un semidiós, no es que tenga muchas de hecho solo tengo la de sanación-hace mucho que nadie de la familia Di Angelo es parte de los cazadores ¿sabes? La ultima cazadora tu familia fue María Di Angelo pero ella murió hace más de ochenta años casi noventa-se quedo callada mirando la nada-así que supongo que tu eres descendencia de ella, María había desaparecido cuando aún era una joven cazadora, nadie sabe lo que le sucedió, simplemente un día desapareció-le sucedió Hades, eso es lo que le sucedió-eso es todo lo que te puedo decir sobre tu familia.

-gracias-le agradecí y no era mentira, ahora sabía algo que no conocía de mi madre-yo... ¿yo podría saber donde estaban antes o de donde saco la información?-quería saber de mi madre, Hades jamás me dijo nada, jamás me permitió saber cómo era solo una vez tuve la oportunidad solo fui capaz de verla una vez.

-he tenido que ir a Idris para poder buscar información sobre tu familia-me respondió mirándome fijamente-Idris es la ciudad de los cazadores.

-ya-susurre.

¿Semidiós o Cazador de Sombras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora