Había una vez un pequeño príncipe que soñaba con casarse con una princesa, con una "verdadera" princesa, de sangre real.
Crecido con esto en mente, no había espacio para nada más que eso en su día a día; encontrar una verdadera princesa, para desposarla...
A la edad 16 emprendió un viaje para encontrar aquello que tanto anhelaba, sin embargo, su búsqueda se tornó mucho más difícil de lo que hubiese imaginado.
Viendo la posibilidad de jamás poder encontrarla, y el hecho de haber estado lejos de casa por tanto tiempo, decide retornar a su reino.
Una vez en el reino:
-Ohh... hijo, han pasado tantos años; ahora eres todo un príncipe digno de la corona!-dice su madre, la reina, mientras corre a los brazos de su hijo por un fuerte y cálido abrazo.
-Madre, lamento tanto haberte dejado por tantos años, no creí extrañarte tanto como lo hice-dice el príncipe mientras recibe a su madre en brazos.
-No te preocupes, fuiste para encontrarte una digna esposa-exclama la reina sollozante.
-Ohh madre aunque halla recorrido reino tras reino por tres años, mi recorrido ha sido infructuoso-pronuncia el príncipe decepcionado.
-Hijo mío, cualquier persona seria afortunada de tenerte como esposo-consolando a su querido hijo.
-Lo sé, madre, pero cualquiera no es suficiente-corrige a su madre muy obstinadamente.
-Querido, hasta cuando seguirás con esa ambición tuya, persona tan delicada, probablemente no exista...-reclama a su hijo con un mano en la mejía de este.
-Aun tengo la esperanza madre, y la esperanza, es lo último que se pierde...-concluye.
Esa misma noche tras la llegada al reino una enorme tormenta amenaza a este.
Truenos y relámpagos se escuchaban en cada rincón del palacio, no se veía cuando acabe la tormenta, y los aldeanos no hacían más que protegerse.
El palacio yacería en silencio si no fuese por aquella tan espantosa tormenta.
En los oídos, tanto de los aldeanos como los de la realeza, retumbaba esos escalofriantes sonidos.
Alguien tocó a la puerta del palacio, pero el sonido de relámpagos era tan grande que no lo alcanzó a oír la servidumbre.
ESTÁS LEYENDO
La princesa y el guisante.
Short StoryEl cuento clásico escrito por Hans Christian Andersen, narrado desde una nueva perspectiva, más compacta, y explícita, para el deleite de un público más adulto; en el cual las mentiras ayudan a obtener lo deseado.