Suena nuevamente el timbre anunciando que ya es hora de salir. Cojo mi mochila y salgo corriendo, puesto que hoy terminan las clases de medio curso.
—Y... ¿Qué planes tienes? —pregunto al encontrarme con Trébor.
—Ya sabes, lo común. Pasar el tiempo contigo —y a continuación me decida una de sus sonrisas más tiernas, debo de admitir que es muy contagiosa porque termino haciendo lo mismo.
—Lo mismo pensaba hacer en estas vacaciones. ¿Estas preparado para la carrera de mañana?
—Sí, ¿te han dado permiso?
—Bueno, sí y no. ¿Les pedí permiso? No. ¿Les dije que iba a una fiesta contigo para que así me dejaran salir y escaparme a la carrera? Sí.
—¿Y de quién le dijiste que era la fiesta?
—De Alba —digo mientras iniciamos a caminar—, siguen creyendo que es mi amiga.
—¿No les comentaste de lo...
—No tengo porqué hacerlo, ellos no tienen tiempo para contarle mi vida y tampoco tengo porqué yo hacerlo.
—¿Quieres ir al parque? —pregunta Trébor cambiando de tema, tal vez haya sido muy notable mi enfurecimiento.
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Después de dar una cuantas vueltas por el parque, terminamos comiendo helado.Trébor no ha parado de reírse de mí. No soy buena para comer un helado y me he manchado casi toda la camiseta.
—¡Ya basta! Hieres mis sentimientos —bromeo.
—Es que te ves tan graciosa —y vuelve a retorcerse de risa.
—Ya vas a ver —me inclinó hacia él para abrazarlo y así poder mancharlo también, pero al parecer se dio cuenta de lo que estaba planeando y retrocede inmediatamente.
—No, no, no, no, no. No creas que vas a lograr hacer eso —se levanta y echa a correr.
Imitó lo que hace. Ni que piense que meterse con Alexa Price no tiene consecuencias.
Logro estar a la par con él y poder coger su espalda. El "abrazo" —entre comillas, porque no cuenta como abrazo puesto que lo tome por detrás— dura más segundos de los esperado.
Luego de esa inesperada carrera, nos recostamos en el césped jadeantes.
—No vale, estoy agotado por el entrenamiento de hoy y por eso lograste alcanzarme.
—No creas que te voy a creer —digo empujando un hombro—, te lo tenias bien merecido.
—Ya bueno princesa de las carreras —dice levantándose y extendiendo una mano, la cual cojo para que pueda levantarme también—. Vamos, te llevó a tu casa, mañana va a ser un día muy emocionante.
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El camino se hace corto, debe ser porque no notamos el paso de los minutos mientras conversamos.—Ya llegamos —anuncia Trébor.
—Gracias —digo ya dando pasos hacia la entrada de mi casa.
—Ah, no, espera. No creas que esto se va a quedar así.
—¿Qué sucede? —pregunto claramente confundida.
—Sabes que la lavadora de mi casa se ha descompuesto. A mi mamá no le agradara pensar que su hijo no sabe comer bien un helado —dice mientras empieza a quitarse la camiseta dejando su pecho al descubierto—. ¿Tus padres están en tu casa?
—No, aún no llegan —ver los abdominales de Trébor ya se me es pan de cada día, pero veo que la chica que pasa frente a mi casa no reacciona igual que yo—. Trébor, tienes otra admiradora más, voltea —el susodicho hace lo que le digo, mira a la chica y pícaramente le sonríe. ¡Por Dios! ¡Si es un completa Don Juan! La cara de la chica se llenan de colores y, completamente avergonzada, acelera el paso—. Mejor pasa a casa antes de que otra chica se desmaye —digo dándole una palmada en la espalda.
—Es que nadie se resiste a mi encanto. ¿No ves?
—Sí, claro. Y yo soy Kim Kardashian en una pasarela. Vamos, entra.
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—En el sótano esta la lavadora, como ya sabes —digo cuando entramos—. También hay una camiseta que dejaste la semana pasada.—Creo que tú también necesitas un cambio de ropa —dice mirando mi camiseta.
—No puedo conversar con una persona que esta semidesnuda en mi casa y sin que mi padre este aquí.
—Entonces, admites que te distraigo —dice con una sonrisa pícara.
—Galán. Eres nada a comparación de todo lo que he visto.
—¿Como «lo que he visto»? ¡Alexa Price!
—Olvidalo —digo subiendo las escaleras hacia mi cuarto, por lo visto él hace lo mismo. Me jala del hombro y eso hace que voltee quedando mirándonos cara a cara. Bueno, no literalmente cara a cara puesto que él es más alto que yo, pero ya me entienden.
—¿Como «lo que he visto»?
—Bueno, ¿recuerdas a Lucas?
—Sí. No, no me digas que tú y él...
—Me llevaba a sus entrenamientos. No pienses mal.
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Desde que conozco a Trébor siempre a sido así. Una chico atrevido y muy metiche, en el buen sentido de la palabra. Debes ser por eso que somos tan unidos, en todo.Ya cambié mi camiseta por una limpia, y al bajar veo que Trébor ya se puso una también. Una camiseta blanca, ajustada y que hace notar el esfuerzo del gimnasio.
—¿A qué hora llegan tus padres? —pregunta cuando me ve.
—En la media noche tal vez ¿Por qué lo preguntas?
—Entonces tenemos tiempo suficiente —dice mordiéndose el labio inferior.
—¿Por qué siempre le das un sentido sexual a todo lo que dices?
—Yo nunca he insinuado algo —dice guiñando uno de sus ojos azules.
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Hemos pasado dos horas seguidas jugando a la consola. La cabeza creo que me va a explotar.—¡Ya no puedo más! —anuncio.
—Eso sí ha tenido un tono sexual.
—Dejemos de hablar de eso, por favor.
La puerta principal se abre y entran por ella mi papá y Mía.
—Llegaron más temprano.
—Buenas noches señores —saluda Trébor.
—Hola chicos —dicen casi al unísono— ¿Qué han estado haciendo? —pregunta mi padre.
—Estábamos jugando, justo ahora me iba a ir —se adelanta Trébor.
—No, como crees. ¿No vas a quedarte a cenar?
—No quiero ser una molestia señora —dice mientras me mira y me sonríe como si esperara una confirmación. Yo solo asiento con la cabeza.
—Vamos Trébor, no te vas a mover de aquí hasta que hayas comido algo.
—Esta bien, gracias. ¿Necesita ayuda en la cocina?
—Sí, ven por aquí y ayudame en esto.
Miro desde la sala a Trébor. Nunca pensé conseguir a una persona tan buena como él.
—Es un gran chico —dice mi papá.
Observó a Trébor, él voltea como si le hubiera llamado con la mirada. No puedo evitar sonreír, él hace lo mismo. Hay algo en él, un no sé qué, que lo hace tan..., tan..., tan increíble. Nos quedamos observando por unos largos segundos hasta que Mía lo llama y vuelve a hacer lo que estaba haciendo.
—Sí, es un gran amigo.
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En serio
Teen FictionAlexa Price, más conocida en el bajo mundo de las carreras como Alex, es una chica que cursa el último año de colegio. Y llegado a ese punto, ese año va a ser, literalmente, el más emocionante de todo su vida. Al conocer a un chico que cambiará la...