Sinopsis

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De camino a casa, atravesando la ráfaga de lluvia cerca de las 10 pm, cansada por el trabajo. "Vivir cerca del bosque tiene sus desventajas" pensó mientras conducía. No se arrepentía de vivir ahí, solamente había ocasiones en las que era cansino tener que conducir durante 2 horas de su casa hacia al pueblo y viceversa, más cuando se quedaba hasta tarde archivando y guardando libros y documentos en la biblioteca local donde trabajaba. Disfrutaba de su trabajo; era calmado y relajante algunas veces.

Distraída dentro de sus pensamientos no divisó a tiempo aquel borrón negro que pasaba al frente del coche, causando que se descarrilara por tratar de esquivar aquello que se había atravesado.

¿Cómo es que sigo viva?. Asombrosamente había logrado girar y frenar sin volcarse y lastimarse gravemente. Aun sentía la adrenalina correr por su sangre, con sus manos se palpó frenéticamente todo el cuerpo en busca de alguna herida, estaba bien.

Después de asegurarse que se encontraba bien decidió ver a través del retrovisor. En medio de la calle se encontraba un gran animal que respiraba lentamente con algunas manchas de sangre en su pelaje. "¿Que he hecho?" Con lágrimas en los ojos, se desabrocho el cinturón de seguridad, abrió la puerta del coche y corrió hacia el animal.

Al llegar hacia éste, se dio cuenta que era un hermoso lobo negro. El gran lobo emitía unos gimoteos de lamento y dolor, una que otra vez sacudía una pata haciendo intento fallido de moverse. Ante la vista, soltó algunas lágrimas y unos cuantos sollozos. Se arrodillo cerca del lobo observando más de cerca sus heridas, "Parecen mordidas" tal vez peleó por territorio. Aliviada de no ser ella la causante del daño, suspiro nerviosa sin saber qué hacer.

Con las manos temblorosas, acercó sus manos hacia el rostro del lobo. De éste, retumbo un gruñido bajo proveniente de su pecho en modo de amenaza. Aleth se paralizó ante aquel aterrador sonido. "Al menos sigue vivo y consiente".

El lobo abrió los ojos un poco entrecerrados e intento girar la cabeza para mirarla. Rápidamente dejó caer su cabeza ya que estaba tan dañado que no podía soportar su propio peso, gimoteó por el dolor que se había causado al intentar moverse. Aleth siguió estirando la mano hasta acariciarle el pelaje sobre su cabeza causando que el animal se relajara un poco.

"No puedo dejarlo aquí, simplemente no puedo". Corrió hacia el auto para acercarlo más al lobo y poder subirlo al coche, así podría llevarlo a casa y curar sus heridas.
Ya al estar enseguida del lobo, bajó del coche y abrió la puerta trasera. Intento jalar un poco al lobo, era demasiado pesado. "¿A qué comes muy poco verdad amiguito?".
Después de varios intentos logró meter al lobo en los asientos traseros y echarlo sobre su costado derecho evitando las heridas graves. Empapada, mojando su asiento se dispuso a manejar directo a casa.

"Ahora a bajarlo se ha dicho". Ya en su garaje, bajó del coche corriendo dentro de casa para buscar una manta en donde acostar al lobo para así arrastrarlo hasta la sala de estar. Regresó con algunas cobijas y las colocó en el suelo, pegadas a la puerta del coche. Con mucho cuidado, ubicó al lobo sobre ellas y lo jaló a un lugar cómodo dentro de casa.

Después de asegurarse de que el lobo estaba seguro, fue hacia su baño a por el botiquín de primeros auxilios, algo en ella tendría que servirle para curar al lobo. Tomó el botiquín y se dirigió a la sala. "Bien, el lobo sigue aquí" se arrodilló a un lado de él y se dedicó durante una hora a curarle cualquier grande o pequeña herida que le encontrara. Encendió la chimenea ya que empezaba a congelarse, dejando descansar al pobre animal, tomó la computadora e investigó sobre los lobos.

"Las manadas pueden estar compuestas de dos a veinte lobos, aunque la media es de ocho y difícilmente es aceptado un nuevo miembro al grupo, por lo que un alto porcentaje de muertes de lobo se da por la depredación de ellos mismos". Intrigada sobre este hecho, giró la cabeza al lobo preguntándose si eso era lo que le había ocurrido, obviamente no podría saberlo, solo suponer. Siguió con su tarea de saber más. "Son muy territoriales y viven en manadas con una estricta jerarquía social, se encuentran liderados por una pareja alfa." "Interesante cuanto menos".

Cansada de todo lo ocurrido, se recostó en su sofá y lentamente cerró los ojos cayendo en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, se estiró y notó un dolor en el cuello al haber dormido en una mala posición. Se sentó y restregó sus ojos para aclararse un poco la vista. Las mantas estaban un poco manchadas de sangre pero ausentes de la presencia del lobo. Alarmada corrió por toda la casa, al parecer, el lobo se había ido. Confusa, se desplomo sobre el sofá. Recordaba haber sentido algunas lamidas mientras dormía y eso era todo, probablemente ya no lo volvería a ver, o quien sabe, el mundo era pequeño. Limpió todo el desastre tratando de olvidar lo ocurrido así siguiendo su rutina normal.

Detrás de algunos árboles, la observaba paciente, queriendo asegurarse de que ella estaba bien. Se dio la vuelta y desapareció.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2017 ⏰

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