CAPITULO 1

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-¡Feliz año nuevo! - mi hermano se levantó de la silla gritando y vino corriendo hacia mí con una amplia sonrisa en sus labios - Pide un deseo, ¡venga!

Le respondí con una leve sonrisa. Ojalá este año sea mejor que el anterior, y que el anterior al anterior. En general, que este año sea mejor que mi vida entera, pensé.

-¿Qué has pedido? - mi hermano me cogió la mano y alzé la cabeza para encontrarme con sus ojos azules, brillantes, llenos de alegría e ilusión - Yo he pedido que mamá y papá vuelvan pronto, ¿crees que volverán Cathy? ¿Tu crees? - sus ojos seguían clavados en los míos buscando una respuesta que le convenciera o que le agradara.

Fue entonces cuando entendí que tenía que darlo todo por él, que no podíamos seguir viviendo así y que ese pequeñín merecía lo mejor del mundo.

-Thomas - hice una pausa para buscar la respuesta correcta "Jesucristo ayúdame con esto" - Papá y mamá no van a volver - aclaré mi voz para seguir hablando - Están en un sitio mejor. Desde allí nos ven y nos cuidan. Así que podrías pedir otro cosa cariño, como por ejemplo el coche teledirigido que querías - hizo una mueca con la cara como aquel que está recordando - El que vimos en la tienda del centro...

-No recuerdo...

-Aquel que te dijo la abuela que te compraría si no dabas ruido y si la ayudabas en las tareas de la casa - claro que sabía de que juguete le estaba hablando, sólo quería que se lo recordara.

-¡Si, si, si! - cantó dando saltos - ¡Voy a tener un coche nuevo! ¡En él podré llevarte a todas partes Cathy! ¡Te llevaré al fin del mundo!

Yo reí al ver que estaba saltando en el sofá con toda su ilusión. En ese mismo momento mi abuela apareció por la puerta, con una bolsa en una mano y con un papel en la otra. Al ver a Thomas soltó una pequeña carcajada. Para ser sincera, a mi abuela y a mí nos encantaba ver a mi hermano saltando en el sofá, era señal de que estaba feliz, y su felicidad era prácticamente la nuestra. Por lo menos la felicidad de mi hermano era mi objetivo principal tras la muerte de mis padres, ya que fue algo que él no terminó de superar. Bueno, nadie supera la muerte de sus padres, y más si te los quitan de golpe y porrazo en el mismo momento.
De todos los miembros de la familia fue el que peor lo llevó, yo no estaba tan unida a mis padres como él. Thomas iba con ellos a todas partes, era como su guardaespaldas personal, los seguía, más bien los idolatraba. Yo era más el despojo de la familia, por circunstancias yo no estaba tan unida a ellos. Aún así fue una pérdida dura, claro, nadie nace preparado.

-Baja ya de ahí mocoso - la abuela se dirigió al sofá y dejando la bolsa en él, cogió a Thomas y lo bajó - ahora a dormir.

Lo llevó a la habitación. Mientras, esperé a que volviera al salón.

-Esta carta es para tí, Catherine - dijo cerrando la puerta y extendiéndome la carta.

Corriendo fui a abrirla y empecé a leerla.

-Por cierto, feliz año nuev...

-¡Bien! - grité - Me han dado el trabajo abuela, ¡me lo han dado! - mi emoción se podía sentir en el ambiente. No podía creer que me hubieran dado el trabajo, lo tenía todo en mi contra, soy incluso menor de edad u seguramente hubiera mejores candidatas. Sin embargo el trabajo era mío. Por fin podría aportar algo de dinero en la casa de la abuela.

-Eres genial Catherine, es normal que te den el trabajo - me abrazó - estoy muy orgullosa de ti.

-Joder, y yo.

Mi deseo se cumplía por momentos. Esa era la noticia perfecta en el momento más oportuno. Sólo tendría que hacer las maletas, sacar un billete de ida a San Francisco y olvidarme de esto por un momento.

-¿Lo sabe Thomas? Tu hermano se llevará una tremenda decepción, te necesita aquí más que nunca.

-Lo sé, quizás ahora no lo entienda pero cuando sea mayor me comprenderá, es más querrá hacer lo mismo que yo - miré la cara de preocupación de mi abuela - Tengo que ayudarte, tu ya has hecho mucho por nosotros, déjame ahora que me encargue yo.

-¿Y si te toca una familia extraña? ¿Y si te tienen como una esclava? ¿Y si te raptan? ¿Y si...? Dios mío, no me puedo permitir que te pase algo malo.

Yo reí. Mi abuela es la persona con más imaginación del mundo.

-Abuela son gente agradable, no asesinos en serie. No me tendrán de esclava a no ser que el pequeño diablo al que tenga que cuidar sea un demonio, entonces tendría un problema - reí.

-Nada de bromas, y menos con el demonio, que yo soy muy creyente - miró al techo.

Seguido de ella miré yo - ¿Qué hay ahí arriba? ¿Qué miras?

-Al cielo - No entendí - te he dicho que soy creyente y he mirado al cielo.

-Anda abuela, a dormir que ya es la hora eh...

-Me tratas como a una niña pequeña, Catherine... Me debes un respeto.

-Que si, que si, buenas noches.

Cogí mi móvil y abrí la conversación de mi mejor amiga. Lo tengo Fede, después de tanto tiempo buscando, ¡el trabajo es mío! Solté el móvil y sonreí la aire sintiéndome una persona muy afortunada. Mi móvil vibro y lo cogí al instante.
"Me alegro por ti my love. Ahora sólo espero que el millonario que te pague no sea un pederasta porque entonces voy a San Santiago y le arranco los genitales" respondió mi amiga.
"San Francisco" corregí yo.
"Eso, San Francisco, lo que he dicho yo"

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¿Qué será de la vida de Cath en San Francisco? Votad si lo queréis saber
Bissouus

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⏰ Last updated: Jan 01, 2017 ⏰

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