Pienso en ella y la dejo ir.

Capitulo 1: El local de los malos habitos.

La policía estaba a punto de entrar en el local donde nosotros siempre parábamos a fumar y a tomarnos unas cervezas. Ese día llevábamos marihuana y aunque no era la primera vez que nos pillaban, no queríamos pasar la noche en comisaría. Estábamos en una de las mesas del final y apenas se nos veía, buscábamos una forma de escapar lo más rápido posible. Al lado teníamos unas chicas guapísimas y que, al parecer, tenían el mismo problema que nosotros. La chica rubia nos miró a la vez que giraba la cara para ver a sus amigas. La última vez que las miró estas ya no estaban y pude ver cómo sus manos comenzaban a temblar.
-Hay una salida de emergencia al lado de los baños, saldremos por ahí y recemos para que la policía no esté al otro lado de la puerta.-Dijo George. Nos incorporamos y seguimos sus indicaciones.
Y al salir no había nadie, la calle estaba completamente vacía y tranquila. Sonreímos de felicidad a la vez que suspiramos. Me acordé de la chica rubia y sin soltar ni una sola palabra volví dentro del local, me acerqué a su mesa y me senté en la silla que estaba justo al frente lo más rápido posible.
-¿Quieres salir de aquí?- La respuesta era bastante obvia aunque más vale prevenir que curar. Se quedo con los ojos como platos y a la vez que me miraba asombrada asentía.-Pues sígueme.- Justo cuando pasamos la cocina entraron los policías, no lograron vernos pero aún así fuimos lo más deprisa que pudimos.
-¿Dónde coño estabas Matt?- Adam estaba serio, al mismo tiempo que preocupado. Yo sonreí y le mostré la mano de la chica, que curiosamente estaba pegada a la mía después de haber salido del antro. Ella estaba roja y avergonzada y el grupo comenzó a sonreír Adam que seguía con un tono serio y comenzamos a caminar rápidamente. Cuando ya estábamos en la esquina la chica se dirigió a sus amigas furiosa e indignada, estas estaban fumando un cigarro tranquilamente cerca de la puerta de bar esperando a que los policías saliesen para así poder seguir con la desfasada noche que estaban teniendo hace unos minutos, ellas reían al ver el rostro de la rubia y lo despistada que era, ya que sin darse cuenta, la mercancía se la quitaron y la metieron en sus tacones altos y negros. Ella suspiró y le pegó un leve empujón a la chica de pelo corto violeta mientras reía de lo estúpida que había sido. Sus miradas se dirigieron a nosotros después de un rato de burlas entre ellas.
-¿Y estos quienes son?- Preguntó la morena de ojos verdes y rojos al mismo tiempo que una sonrisa salían de sus labios, la verdad es que eran realmente preciosas.
-Son los que me salvaron el culo después de dejarme tirada.- Empezaron a reír y nosotros, inevitablemente, también. Nos acercamos más a ellas, para intentar presentarnos e invitarlas a una copa, ya que los agentes salieron del local hace más de quince minutos.
-Gracias por salvar a mi amiga, la cual es imbécil y no se entera de nada, ¿Cómo os llamáis?
-Yo soy Matt, pero llamadme Matty- Acto seguido comencé a apuntar a mis compañeros con mi dedo índice a la vez que decía sus nombres.- George, Adam y Ross.- Sonrieron a la vez que nosotros y la morena comenzó a hablar.
-Yo soy Abril, ella Cobain y Neón.-Repitió el gesto que utilicé yo para presentar a mis amigos.- Por haber ayudado a Cob os invitamos a unas copas.- Las seguimos y entramos de nuevo en el local, nos sentamos en la mesa qué anteriormente ocuparon las tres. Agarramos una silla cada uno y las colocamos alrededor, nada más sentarnos Jazz, el camarero, nos atendió y las chicas pidieron una bebida extraña la cual ninguno de los dos habíamos escuchado pese a nuestra vida de alcohólicos drogadictos, pensamos que era una bebida demasiado floja para nosotros haberla tomado o simplemente escuchar hablar de ella. Cuando Jazz nos entregó una copa a cada uno y el líquido azul verdoso que estaba en el tenía pinta del zumo se confirmó nuestra duda, pero nuestra sorpresa fue cuando tomamos un trago y nuestra garganta se estaba quemando, con tan solo una copa ya estábamos borrachos y ellas se reían viéndose completamente sobrias.