Parte Única

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-Navidad fue hace más de una semana. ¿Te das cuenta no?

- Navidad es todo los días del año sí lo piensas con tu corazón — Seungkwan lo miró incrédulo.

- Ni siquiera te gustan las tradiciones navideñas.

-Eso no es cierto Seungkwan.

-Claro que sí. La semana pasada no nos dejaste prender las luces del árbol porque dijiste que consumiría mucha luz.

-Trataba de cuidar el medio ambiente. — Seungcheol murmuró moviendo las manos.

- Tampoco nos dejaste cocinar el pavo.

- Estaba tratando de ser vegetariano.

- Pediste unas alitas super picantes al día siguiente Seungcheol.— Le dijo Seungkwan una ceja enarcada.

- Me duró poco la voluntad - Dijo encogiéndose de hombros.

- Seungcheol...

-Seungkwan... — El mencionado entornó los ojos.

- ¿Puedo saber debido a qué o quién decidiste que la Navidad era lo suficientemente importante como para hacerle colgar a tu pobre amigo ramitas de apio por toda la casa?

- Es perejil Seungkwanie.

- Sigue sin ser muérdago pedazo de idiota. — Seungcheol se rio.

- Así fueran hojas de espinaca, sigue colgándolas ¿Quieres? Te compraré la alfombra de yoga de la que me has hablado desde hace un mes.

- ¿Aquí está bien? — le preguntó

- Creo que está un poco chueco. — Seungkwan suspiró.

- Da igual donde la ponga Seungcheol. — Le dijo mientras se bajaba de la silla en la que estaba subido.—Si lo que quieres es besar a alguien solo deberías arrinconarlo contra la pared y listo.

Seungcheol sintió como su rostro se empezaba a poner rojo — ¿Eso es lo que Vernon hizo contigo? — le preguntó.

Seungkwan negó con tranquilidad. Seungcheol se relajó un poco. Le resultaba incómodo pensar que esos dos mocosos estuvieran besándose o haciéndolo como conejos alrededor de su casa.

- Yo lo hice con él. — Seungkwan se rió mientras Cheol trataba de alejar de su mente todo tipo de imágenes perturbadoras.

- Concéntrate en tu trabajo Seungkwan. Deja tus relatos sexuales para alguien que los quiera escuchar.

Seungkwan se encogió de hombros mientras se subia de nuevo a la silla. — Quizás aprenderías algo de ellos.

- Ponlo un poco más a la derecha. — Seungkwan movió su mano — Un poco más.

- ¿Ahí? — Preguntó el menor cada vez más irritado.

- Creo que es el techo lo que está chueco, ¿Si lo colocamos en la entrada de la cocina? — Seungkwan volteó a mirarlo con furia.

- He estado sobre esta silla desde las diez de la mañana, casi me parto la cabeza tres veces. Lo único que quiero es terminar de colgar esta maldita planta, pero tú — gritó señalando a Seungcheol con el perejil — sigues diciéndome que mueva la mano más y más.

- ¿Quién es el infeliz que te está haciendo mover la mano cuando eres mío uh? — Seungcheol giró la cabeza para encontrar a un Vernon recién salido de la ducha.

- No es el tipo de movimiento que te imaginas pervertido. — Seungkwan saltó de la silla y golpeó a Cheol con el perejil en el pecho. — Rápido, vamos a vestirte antes de que este imbécil me ponga a colocar estas cosas en el baño de invitados.

BAJO LA RAMA DE PEREJIL |* JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora