Capitulo 1:Demasiado bueno para durar
Mi vida nunca había sido tan perfecta.
Nunca hubiera pensado que yo llegaría a tener hijos, aún viviendo en el distrito 12 y con el chico al que en mis primeros juegos estuve dispuesta a asesinar con tal de regresar con mi hermana ya fallecida, el encantador y leal Peeta Mellark, el chico del pan.
Somos una feliz familia formada por 5 integrantes: Willow, Rye, Peeta, Buttercup y yo. Willow es mi primer hija. Es una menuda niña de 8 años, de cabello oscuro Y ojos grises, una nariz pequeña como la de Prim y una sonrisa reluciente como la de Peeta. Rye es el menor. Tiene cerca de 3 años y es un pequeño Peeta, lo único diferente es su cabello: es rubio claro, de un tono muy cercano al blanco, cosa que solo pudo haber sido heredada de mi madre.
Vivimos de maravilla en la aldea de los vencedores, en la casa que fue de Peeta desde el principio y que ahora es de los dos. Tomamos esa decisión porque en mi antigua casa unicamente habían recuerdos sobre mi madre, Prim, Gale y hasta Cinna...Eso, y ahora la gran Effie Trinket, que piensa que su deber es cuidar de por vida de Peeta, Haymitch y de Mi, ahora vive ahí.
Mi madre sigue en el 4. Aunque nunca ha vuelto a visitarme, llama a menudo para saber como estamos, sé que le encantaría conocer a sus nietos pero jamás tendrá el valor de regresar al 12 por el dolor que podría causarle. Hace tiempo que no sé nada de Gale, puede que esté con alguien más o puede que esté muerto. O eso espero yo.
Un día de tantos, Peeta y yo nos despertamos temprano por la mañana, Willow tenía que ir a la escuela, Peeta a su panadería y yo iba a mi trabajo voluntario, pues aunque hubieran pasado años desde el bombardeo al distrito, la mitad de la ciudad todavía estaba semidestruida.
Bajamos a hacer el desayuno, yo bato los huevos y Peeta los fríe, desde siempre hemos sido un gran equipo, y el desayuno no es la excepción. Subimos los dos a despertar a los pequeños, el a Will, yo a Rye, como todos los días. Verlos dormidos es la cosa mas tierna que he visto: se ven tranquilos, felices y en paz; lo que no hubieran conseguido de no ser por las bayas que Peeta y yo estuvimos a punto de comer.
Bajamos a desayunar y salimos los 4 de la casa, Peeta va hacia el centro a la Panadería y se lleva a Will con el, pues la escuela queda de camino a la panadería y yo llevo en brazos al pequeño Rye, una mujer mayor que nunca contrajo matrimonio cobra unas pocas monedas por cuidar a los niños de las familias trabajadoras. Yo voy medio día a trabajar un poco y luego recojo a mis hijos para comer los manjares que Sae la Grasienta ha preparado para nosotros.
-¿Cómo te ha ido hoy, cielo?
-Muy bien, mami-Se sienta en el sillón de la sala-Hoy, para la clase de historia, mi maestra invitó a un soldado que estuvo en la guerra de Panem.
-¿En serio, florecita?-trato de parecer interesada, cómo si Peeta y yo no hubieramos sido los causantes de la rebelión-¿Qué te pareció?
-¡Muy interesante! Nos contó que el vivía aquí en el 12, que perdió al amor de su vida cuando fue a los juegos del hambre, que la amaba más que a nada en este mundo, eran los mejores amigos ¡Fue lo más lindo y triste que he escuchado en mi vida! Nos dijo también que esa chica y él debían haber estado juntos, pero ya era muy tarde, el destino no lo quiso para ellos ¡Mami, fue hermoso!...-Dejé de prestar atención, no quería oir nada relacionado con mi vida anterior, pero tampoco quería herir los sentimientos de mi hija.
-¡...y el te conoce, mami! ¡También conoce a papá y conoció a la tía Prim y al padre de Finn mamá!-Pienso que es alguien del 12 que fue evacuado al 13, alguien cuyo nombre no recuerdo
-Ohh ¿En serio?
-¡Si mami! ¿Te suena el nombre de Gale Hawthorne?-
Entonces me desplomo y todo se vuelve negro.