Mi habitación es un rectángulo grande de 7 metros de largo por 10 de ancho, ubicada en el piso de arriba, subiendo las escaleras, hacia el lado derecho, la segunda puerta. Las paredes pintadas de verde claro albergan decenas de fotografías de mis dos pequeños, una o dos del pequeño Finnick, algunas de la boda de sus padres, y muchas más fotos grupales en las que aparecen Beetee, Haymitch, Johana con el chico que conoció cuando regresó al 7 después de la rebelión, Finnick con su familia y muchas de las personas que nos ayudaron a conseguir un Panem libre del capitolio, la de la boda de mis padres, mi madre en el 13, y Prim en su pequeño uniforme de enfermera. En el centro de todas ellas, está la fotografía de bodas más hermosa que haya visto en mi vida: Peeta, con un sencillo peinado 'despeinado', un traje azul marino, una camisa blanca muy suave y un moño del mismo color de la camisa, levantándome en sus brazos. Yo usando un vestido blanco con manga hasta el antebrazo, ajustado hasta la rodilla y luego esponjado, hecho con satén y unas minúsculas perlitas cosidas en todo el frente, encaje en las orillas de la cintura y la espalda descubierta con forma de corazón, un sencillo moño en la parte de atrás de mi cabeza y una tiara con piedritas muy delicada. Ambos trajes fueron obviamente hechos por Cinna y Portia, aunque no esperaban que nos casáramos con ellos puestos, pues eran para usarse en la gira de la victoria, el vestido iba a ser para la mansión presidencial y el traje de Peeta para el distrito 9. Los dos parecemos más que felices, pasando por el momento más feliz de nuestra existencia. Aunque me duela admitirlo, debajo de esa foto tengo escondida una foto de la cara de Gale.
Cuando despierto, recorro el cuarto con la mirada, y ahí me encuentro a Peeta, Haymitch y mis dos pequeños, uno sentado en la cama y la otra en el piso.
-¿Cómo te sientes?-Dice Peeta, mientras me toma del brazo y la espalda, ayudándome a sentarme.
-Bbbbien, gracias- tratando de no romperme mientras digo gracias.
-¿Qué ha pasado?-
-Le estaba contando a mamá del soldado que llevó mi maestra a la escuela, y apenas dije su nombre, mami se cayó al piso- Gracias a Dios, Will no dijo el nombre de "el soldado".
-¿Y cuál es su nombre, mi vida?- Ya es tarde, ojalá Peeta no hubiera preguntado, le dolerá la respuesta.
-Gale Hawthorne-
-Peeta, yo...- No pude terminar, de todos modos ¿Qué iba a decir?
-Haymitch ¿Podrías cambiar el hielo de su frente? Necesito salir un momento- detecto el dolor en su voz, casi hubiera preferido una bofetada.
-! Peeta!- La mirada de Haymitch me atraviesa mientras pido a mis hijos que me dejen para hablar a solas con él.
-¿Qué sabes de el?- pregunto con el ceño fruncido
-Gale Hawthorne, distrito 4, hace más de 20 años-agrega, antes de bajar la voz-hace una semana que está aquí-
-¿Por qué regresó?
- -Aparentemente, a la boda de Posy-abre el cajón de mi tocador y saca un papel-Oh, ¡Mira Katniss, que casualidad que también estamos invitados!- añade, con un notable sarcasmo-¿Acaso olvidaste decirnos que será este sábado?
-No recuerdo haberla recibido- mentí
-Claro que sí, preciosa, ahí estaremos el sábado, tienes unos asuntos pendientes- levantando una ceja- Ya está, te veré mañana. Ahora debo buscar al muchacho, no le causó mucha gracia que haya regresado ese galán-
Sale por la puerta y me quedo sola pensando en lo que dijo Gale ¿Cree que me perdió en los primeros juegos? ¿Por qué? ¿De verdad pensaba que íbamos a casarnos? Hace ya años que no me desgastaba trayéndolo con mi memoria, esos días de cacería en el bosque, en el quemador, los dos besos que intercambiamos... Pero también recuerdo la conversación que tuvieron él y mi esposo, cuando manifestaron lo seguros que estaban de que yo iba a elegir al que necesitara para sobrevivir. Recuerdo vagamente que pensaba que Gale y yo nos pertenecíamos, él era mío, yo era suya, todo lo demás era impensable... Y entonces fui a la arena *dos veces*, fui el sinsajo, su trampa mató a mi hermana y me abandonó a mi suerte, entonces Peeta se dedicó en cuerpo y alma a mí... Estúpido Gale, ¿Por qué tenía que regresar a empeorar mi vida perfecta? Aunque, bueno... técnicamente él no ha regresado corriendo hacia mí.
