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18 de febrero de 2012,

Tus padres no tenían idea, pues nunca estaban en casa.
Esta fue una de las razones de su divorcio.
Tenían otros amantes, fue el gran chisme del barrio.
Eso debió ser duro para ti, no te preocupes. Si tú sufrías yo también lo hacía.
Tu dolor me traspasaba, tú eras mi muñeco budú.
Pensé en verte, lo intenté un millón de veces.
Pero siempre quedaba de pie en tu puerta sin recordar cómo hablar.
¿Qué podía decir alguien que sufre a alguien que sufre aún más?
Aquel frío invierno trajo consigo una helada tristeza.
Y nunca se nos ocurrió combinar aquella pizca de calor interior que nos quedaba para pasarla un poco mejor.
Nos necesitábamos.

Att: un desconocido.

Att: un desconocido

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Veinte años, veinte cartas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora