Sushi [YoonMin]

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El hombre, lo miro. Se paro con el pote aun en sus manos, y lo tapó.

—No gracias. Estoy fuera del trabajo, no estoy de camarero, así que calla, porque no daré mi propio almuerzo– se paro y sonrió sarcásticamente— Adiós. Ah, por cierto, linda campera.

Y se fue dejando a Jimin con la palabra en la boca.

Park pensaba que no podía estar pasándola peor. Él creía que con un simple sushi, su comportamiento negativo, iba a dar un brote de felicidad. Pero nada.–además de que ese chico, no se lo dio, así que prácticamente esta insatisfecho–.

Agachó la cabeza aceptando su derrota y pensando que hay mas pescados en el mar, para hacer mas sushi. Aun así, eso no lo animo. Él quería comer el bocadillo en el plato de ese chico, y claro, también quería al hombre.

—¡Ah!

(...)

—¿Entonces dices que el chico ese te atraganto el orgullo?–repitio Hyuna.

Jimin suspiro—Supongo que si.... La verdad, lo deseo tanto como ese sushi.

Coloco gestos cursis y miro a TaeHyung. El cual comía, tranquilamente.
Tae aplaudió diciendo: «¡Vaya, esta enamorado de algo que no es comida!» y Hyuna lo siguió.

—No creo estar enamorado de él, solo lo deseo– reprochó.

—Es lo mismo–Hablo — Yo me sentía atraído a JungKook, y mirame ahora, ¡soy su novio!–festejo, a lo que la amiga rodó los ojos.

—Si claro... Le eres infiel con Jin, entonces, ¿¡Para que lo deseaste?!– reclamo Hyuna.

—Tu callate.

—No eres un buen ejemplo...

Hyuna siguió discutiendo con TaeHyung, mientras Jimin observaba a la nada y pensaba en el chico anterior.

¿Y si me acerco a él después de la universidad? Osea, digo. Ir a verlo al trabajo....

Pensó Jimin. Pero siendo sincero, no era un buen plan.

El chico iba a sospechar de Jimin, he iba a terminar alejándose de él y en estos ahoras, Park quería lo contrario: Quería que ese hombre, se acercara  sin sospechar nada.

«¡Que cosas piensas Jimin!»

Ahí fue cuando recobro el pensamiento, y se dio cuenta de que sólo quería comer sushi. Eso era todo, ¿no?

Los otros dos seguían con insultos, en el comedor de la U. Ya no se fijaban en sus colaciones, sólo se gritaban. Jimin por otro lado, se paro de la larga mesa de comedor y fue al baño. Pensando que ir ahí le ayudaría. Pero... ¿que más equivocado podía estar? ¡Era el baño! Ahí solo existía el popo, los penes y el pipi.

Antes de que pudiera entrar en el baño, se escucho de lejos las pisotadas de los jóvenes. Y ahí Jimin supuso que era hora de entrar a esas clases de asistencia social, que tanto le aburrían.