There's no hope... #ElTocadiscos

There's no hope

—Todo estará bien, tranquilo— me susurra ella, mirándome con sus hermosos ojos. Asiento y tomo su mano, apretándola. Sé que, aunque ella quiere hacerse la fuerte, esta tan nerviosa como yo.

—Ya me entregaron los resultados de los análisis—. Dijo el doctor entrado por la puerta, sin dejar de apretar la mano de mi esposa le pregunté:

—¿Qué es lo que le pasa a nuestra hija doctor? —Esperé a que dijera que solamente era una gripe o una infección de estómago, pero no fue así.

—Lo que tiene Malia no es una simple gripe, estamos tratando con algo más grave. — dijo

—¿Qué es lo tiene mi hija?, dígalo de una buena vez. — Habló Amanda alzando un poco la voz, el doctor suspiró y nos miró.

—Su hija tiene una enfermedad llamada Mielofibrosis, es un tipo de cáncer sanguíneo progresivo, se caracteriza por una insuficiencia en la médula ósea y dilatación del bazo.

¿Qué?

Baje la mirada al escuchar lo que decía, sintiendo poco a poco como si un cuchillo me atravesará. Negué, completamente perplejo.

Por otra parte, Amanda tapó su boca con su mano izquierda, y pude ver como sus ojos se iban llenando de lágrimas...

Cáncer, mi pequeña tiene cáncer...

[*]

— ¿Quién es la pequeña mas hermosa?— pregunto, subiendo y bajando en mis brazos a Malia varias veces. Ella ríe sonoramente, lo que hace que ría con ella.

Había pasado un mes exactamente desde que el Dr. nos dijo el diagnostico de Malia. Le dio un tratamiento, con él cual, cumpliéndolo correctamente, nuestra bebé vivirá mucho tiempo más.

Amanda se encontraba en nuestra habitación, la verdad, ella no salía mucho de ahí, ni si quiera para ver a Malia.

Cuando le llevaba a la bebé, ella solo lloraba. Eso me hacía sentir realmente mal, demostraba que todo esto le dolía, pero no hacía nada por convivir con nuestra hija.

[*]

1 mes después.

Me encontraba en mi oficina, firmando algunos papeles de la empresa.

Desde hace dos semanas había podido retomar un poco mi trabajo, lo que me hacía feliz, puesto que Amanda convivía más con Malia.

Aunque, debo decir, mi oficina es realmente en casa, justo al lado de la habitación mía y de Amanda de hecho...

Cierro la carpeta que esta en mi escritorio y tomo tres mas, vuelvo a tomar el bolígrafo y sigo trabajando...

Me exalto al oír la puerta principal cerrarse.

Dejo el bolígrafo al lado de las tres carpetas que había tomado antes. Dudoso me levanto de mi silla y camino hasta la puerta.

Salgo de mi oficina y grito el nombre de Amanda para comprobar si ella había sido, pero no contestó.

Escucho el llanto de Malia así que corro hasta su habitación para ver lo que ocurría. Al abrir la puerta, me encuentro con Malia de pie sosteniéndose con las rejillas de cuna. Me acerco a ella para sostenerla entre mis brazos.

— ¿Qué pasa pequeña, tienes hambre? —Dije dando suaves caricias en su espalda para calmarla.

Cuando dejó de llorar, volví a acomodarla en su cuna. Di media vuelta para encaminarme a la cocina y prepararle su biberón.

—Mierda—  Dije cuando tire uno de nuestros retratos donde estaba Amanda con Malia en sus brazos, recién nacida.

Al recogerlo y colocarlo en su lugar, note como había una pequeña nota doblada en dos, la cual en la parte delantera tenía escrito mi nombre.