What If [ First Love ] ➸ JenSoo [Editado]

I. W

Para mí realmente es muy difícil tratar de fingir, sobre todo cuándo la persona que más amas en esta vida está a sólo unos metros de ti sentada al lado de la ventana de la cafetería, mirando el cielo azul como si fuera la cosa más interesante del mundo, sosteniendo la taza de capuchino entré sus manos con tanta delicadeza, su rostro sereno.

Me pregunto que estará pensando.

— ¿No le piensas hablar? — La voz de mi mejor amiga me saco de mis pensamientos, rápidamente desvié la mirada.

— No tengo la necesidad de hacerlo. — Dije sin ningún interés.

— Jen ¿Porque actúas de esa forma? se nota de aquí a la china lo mucho que te gusta esa chica. — NaYeon me sonrió con picardía, un sonoro suspiro se escapó de mis labios. — No te quedes ahí parada como una idiota e invítala a salir.

— No creo que sea apropiado, además tiene novio. — Sentí un sabor amargo en mi boca al pronunciar la última palabra. — Solo la incomodare. Mejor ve a hacer tu trabajo como camarera y déjame tranquila. — Le di la espalda y seguí con la labor que estaba haciendo antes de que Jisoo llegará con aquella luz brillante que me dejaba hipnotizada.

Esto resultaba ser algo frustante.

Desde aquel día mi estado de ánimo no ha sido el mismo, supongo que es debido a ti y al idiota que tienes por novio. estos últimos días no has dejado de venir a la cafetería, siempre a la misma hora, en la misma mesa, incluso pedías lo mismo. un capuchino con un pequeño trozo de pastel de crema con fresas. Desde ese día te convertiste en mi cliente favorito.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro.

Mi corazón latió rápidamente.

Recordé aquellos días de invierno en los que íbamos a la cafetería que se encontraba cerca de la escuela después de clases y pedíamos un capuchino con un pequeño trozo de pastel de crema con fresas, por lo que veo tu cerebro aun guarda ciertas cosas que hacíamos juntas y lugares a los que solíamos ir.

El otro día te vi entrar en la librería que usualmente concurríamos en nuestro tiempo libre y también te vi comiendo el helado que siempre compraba para ti cuando hacia demasiado calor, me alegra saber qué no Lo hayas olvidado.

Pero.

Lo único malo es que no me recuerdas.

Jisoo.

A veces pienso que es mejor qué no recuerdes a esta idiota que lo único que hizo fue huir y causar un gran daño en tu corazón.

Solo espero que puedas perdonarme.

— Unnie. — Me di media vuelta encontrándome con la mejor amiga de Rosé —quién además también trabaja aqui como camarera y lavaplatos —me saludó con una sonrisa y por unos segundos miro alrededor. — ¿Rosé esta aquí?

— No Lilí, ella se fue temprano -. Contesté. — Por lo que alcancé a escuchar, fue al hospital a buscar las medicinas de su abuela. — Los ánimos de Lalisa de cayeron por unos segundos pero rápidamente volvió a sonreír.

— Gracias de todas maneras. — Se dirigió hacia la entrada de la cafetería, tomó el pomo de la puerta pero esta fue abierta desde afuera por una persona que no era nada más ni nada menos que Rosé.

Aquí vamos de nuevo.

— Lisa. — Emitió la chica de cabello naranjo con sorpresa. — ¿Que haces aquí? digo... ¿Que te trae por aquí? —Preguntó con nerviosismo, este tipo de encuentras entre esas dos me da demasiada gracia. No es muy difícil adivinar que las dos están enamoradas la una de la otra pero son algo despistadas —por no decir estúpidas — para darse cuenta.

Dios.

¿Porque el amor nos hace actuar como unos verdaderos tontos?

Solté una pequeña carcajada.

— Sólo venía de pasada para ver como estabas. — Lalisa comenzó a jugar con sus manos, una clara señal de nerviosismo e inquietud. — Ayer te fuiste de repente y me preocupé.

— Sobre eso..yo lo siento mucho. Últimamente mi mamá no ha estado muy bien de su salud y ese día mi hermana me mandó un mensaje diciendo que mamá le había dado otro ataque. No te lo dije para no preocuparte pero al final lo hice. — Rosé bajo la mirada por unos segundos.

— No es necesario que te disculpes, ahora que se la razón mi corazón está mucho más tranquilo. —Una extraña atmósfera rodeó a las dos, como siempre lo he dicho, tal para cuál.

— Oigan ustedes dos, ¿Piensan moverse?, Están obstruyendo el pasó. — Dijé con voz clara, Lalisa y Rosé me miraron avergonzadas.

— ¿Quieres un café?

— Claro. Yo...iré a sentarme por allá...— Lisa camino hacia la mesa continua en donde se encontraba Jisoo y siguió jugando con sus manos.

— Unnie, ¿Puedes hacer dos tazas de café?, uno cortado y el otro sin azúcar. — Asentí con la cabeza, preparé los café tal como me lo había dicho Rosé y después fui a dejarle personalmente su pedido a las dos tórtolas.

— Aquí están sus cafés señoritas. — Dejé la bandeja sobre la mesa y fui sirviendo las tazas de café a cada una. — Que lo disfruten.

— Unnie, puedes traernos el mismo trozo de pastel que esta comiendo ella. — Lalisa te miro disimuladamente y yo negué con la cabeza.

— Solo me queda de chocolate y los últimos de vainilla. — mentí, quedaba por lo menos tres trozos más de pastel de crema con fresas pero sólo son para ti y para nadie más. Ventajas de ser la hija del dueño de la cafetería.

— Entonces tráenos dos trozos de pastel de vainilla. — Caminé hacia el mostrador y saque los dos trozos de pastel de vainilla que me quedaban, deje un tenedor en cada plato y después lo dejé en la bandeja, camine hacia las chicas y les serví a cada una.

— Gracias unnie. — Dijeron al unisono.

— De nada, que lo disfruten. — Antes de qué pudiera dirigirme hacia mi puesto tu voz me detuvo.

Mis piernas temblaron dándome la sensación de que en cualquier momento me iban a fallar, se formo un nudo en mi garganta y en mi estómago. los sentimientos que pensé que había olvidado volvieron a aparecer. Demonios.

No quería mirarte porqué sabía que rompería a llorar ahí mismo pero reuní todas mis fuerzas y mi valentía para darme vuelta, nuestros ojos se conectaron y mi corazón latió con fuerza. Me acerqué hasta quedar al frente de ti.

Esto es más difícil de lo qué pensé.

— ¿Me puedes traer otro capuchino — Tu voz aúnque haya sonado algo apagada fue suficiente para qué despertará cada vibra de mi cuerpo, además pude notar las pequeñas bolsas qué se habían formado debajo de tus bellos ojos.

— Por supuesto ¿Desea algo más? -

— Un trozo de pastel de crema con fresas. — Hice una pequeña reverencia y caminé hacia mi puesto con la bandeja en mi mano derecha, sosteniéndola con fuerza.

Definitivamente fue más difícil de lo que pensé.

•••