Los vio juntos, riendo como quien no está enfermo de monotonía, al disfrute de una noche tibia que subía de temperatura al calor de los besos que ellos se daban. Suspiro, y no supo porque ¿habrá sido miedo, enojo, celos, o qué?, cerró los ojos y el puño derecho , desesperado salto al vacío, grito con tanta fuerza, una sensación de mariposas carnívoras en el estómago lo invadió, abrió los ojos para estrellarse con la realidad, seguía de pie en el mismo lugar, pero ellos ya no estaban a la vista , tomaron a la derecha en la esquina y el tomo la decisión de dar la vuelta e internarse en el lado más obscuro de la calle.