-¡Ven pequeño, vamos a pasear! - Dijo Guillermo en la puerta su casa con la correa en la mano.
El perro, que ya había dejado de ser un cachorro, pues había crecido con el tiempo, salio corriendo debajo de la cama brinco por los pasillos y llego hasta su dueño en la puerta.
Él, moviendo su mano señalo el suelo, haciéndole entender al perro que quería que se sentara, luego de ponerle la correa, salieron juntos con dirección a un parque cercano.
Era todo tan familiar para Guillermo, como aquella vez cuando iba todos los días a una cafetería para ver a alguien tan especial,-si, definitivamente era nostalgia- murmuró.
Era un caluroso día de Febrero, y su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina, literalmente, pues era mañana mismo.
25 años ya.
Al recordar aquellos momentos, esas vivencias, amigos que se quedaron, los que nunca se fueron, los que tuvieron que salirse, estos 3 últimos años para Guillermo, fueron los que más cambios generaron en su vida, pero sin duda el recuerdo más bonito que tuvo por encima de todas fue...SAMUEL.
La persona que con un hola lo llevaba al cielo y lo traía de vuelta.
En un breve instante sintió un aroma, un perfume, era dulce, suave, era el mismo perfume que se impregnaba en el cuerpo de aquella persona que besaba su cuello todas las noches cuando llegaba de trabajar.
-Buenas noches, mi pequeño. -Susurro Samuel en su oído haciendo que Guillermo sonriera como un adolescente enamorado.
-Buenas noches, mi amor.-giro la cabeza y sus labios besaron los de él, en un tierno beso de saludo mientras sujetaba una de las solapas de su chaqueta de vestir.
-¿Como te fue hoy?- pregunto Guillermo
-Cansado, ¿y tu? respondió Samuel
-Lo de siempre. Servir cafés por la mañana, sesión de fotos por la tarde...-Guillermo soltó un suspiro de cansancio y se apoyo en el hombro de su enamorado.
-¿Sabes?- dijo Samuel con voz dulce y abrazando a Guillermo con una mano por la cintura.
-Dime, amor-respondio el pequeño
-¿Porque no dejamos al perro con Frank unos días y nos vamos de vacaciones?, no se para salir de la rutina-Sugirió Samuel, soltando el maletín que siempre cargaba y terminando de abrazar por la espalda al niño enamorado.
-Salir de la rutina. Tu y Yo. - beso la mejilla de Guillermo.
-Me gusta como suena-Asintió, esta vez Guillermo.
-Mañana iremos a comprar los pasaje ¿a donde te gustaría ir?- Comenzaron a caminar entrelazando sus manos y el cachorro siendo cómplice de su amor.
Al llegar a casa aún no tenían un lugar decidió, no sabrían si irían en avión, en barco, en tren, sería lejos o cerca, a un lugar frió, o a un lugar veraniego.
Guillermo odiaba usar el tren y Samuel le mareaban los barcos, pero ambos sabían que querían hacer este viaje para salir de la rutina y ambos querían estar juntos en un sitio alejado.
No importaba donde, lo único que importaba era que estarían solos, Samuel y Guillermo.
Esa misma noche, Samuel estaba sentado en la cama con la espalda en la pared usando solamente un pantalón de pijama y Guillermo estaba entre sus piernas con la espalda pegada a su pecho, usando únicamente una camiseta vieja de él.
Entre sus piernas de Guillermo había un globo terráqueo girando. Ambos se taparon los ojos mutuamente con una mano.
Guillermo sacó un dedo y pincho en la bola terráquea en un lugar del mundo totalmente aleatoria y a ciegas, para destaparse los ojos despacio y ver donde había caído el dedo.
Hawaii
Se miraron emocionados, más por Guillermo que por Samuel aunque ambos lo estaban, se abrazaron con ternura, más tarde, se convertiría en besos y, aun más tarde, en AMOR con todo el esplendor de la palabra.
...
-No creas que me he olvidado que día es hoy.- dijo Samuel con la cabeza apoyado en el pecho desnudo de Guillermo.
-¿Que día es hoy?- Pregunto Guillermo extrañado. Samuel se incorporo hasta que su cara estuvo a la altura de la de Guillermo.
-Son pasada las doce. -dijo divertido.
-Mierda.-Maldijo Guillermo haciendo que Samuel se enamorará más.
-Feliz Cumpleaños, mi pequeño.- Dijo sobre los labios de Guillermo.
Él rió completamente enamorado, mientras que el hombre, besaba sus labios de una manera única, de una manera suave y dulce en la que apenas se rozaban.
Guillermo pensó que hubiera pasado si hubiera acabado con las cartas que un día empezó, como tantas veces dijo hacer, pero enseguida ese pensamiento se esfuma, cuando se dio cuenta que no podía pensar en ese "que hubiera pasado si..." porque ya no se imaginaba la vida sin Samuel, junto a el.
Samuel pensó en que hubiera pasado si no se hubiera llegado a sentar y nunca hubiera visto aquella extraña carta con una rara caligrafía que al principio era un juego de niños, pero enseguida ese "que hubiera pasado si..." se esfumó cuando se dio cuenta que cada día que pasaba, estaba más seguro de querer compartir la vida junto a este chico de abultadas mejillas, su chico, de extrañas cartas.
FIN.
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Amor a Ciegas : Wigetta ♥
FanfictionFanfic de wigetta, creado con la intención de alimentar nuestra imaginación, sobre estos dos youtubers y como posiblemente se conocieron, en un universo paralelo, donde su amor es tan fuerte que se logran conocer y...