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Estaba por terminar de desempacar mis cosas de mudanza. Había sido una mudanza horrible, todas mis cosas estaban echas basura y creo que hasta unas estaban rotas. Odio al camión de mudanza. Odio a todos ahora.

Lo bueno de todo esto es que me compraran cosas nuevas.

Estaba acostado es mi cama con mi bebé.
Todo está aburrido, no conozco a nadie. Está casa casi no me gusta.
Tenía una ventana a lado de mi cama, está ventana es algo grande, así que empecé a inspeccionar todo mi alrededor.
A lado de mi casa había una casa más pequeña y del lado derecho había otra casa, pero está más grande.
Y un poco más lejano estaba una casa grande, es de tres pisos, muy descuidada, pero permanece bonita, igual tenía una ventana, pero más pequeña y polarizada.

Volví la vista a mi cuarto y todo estaba ya casi en orden.
Estaba en completo aburrimiento, si no salía moriría.

Me levanto de mi cama con cuidado de despertar a mi pequeño. Me pongo un abrigo y zapatos, me veo en el espejo y arreglo mi cabello.
Miró a la cama y mi bebé duerme, supongo que lo tengo que llevar conmigo, odio ser nuevo en esto de padre.

No tengo vida social, no duermo bien, no disfruto mi juventud, y no tengo una cama completa para mi sólo.
Pero, no me arrepiento de tener a éste pequeño conmigo.

Mi pequeño bebé o mi Príncipe como lo llamó, tiene un mes de nacido.
Y es mi mayor tesoro.

Preparo la carriola y hago una pequeña pañalera.
Cargo al bebé y lo pongo adentro. Le acarició la mejilla y le doy un suave beso.

Empezó a salir de la casa, cierro todo a mi paso.

No se en dónde iré, así que sólo camino sin ningún rumbo.
Veo a lo lejos un parque así que me dirijo allí.
Empujó mi carriola y me tropiezo con una piedra y despierto a mi bebé.
Lo peor; empieza a llorar.

Me apresuro a llegar al parque, mejor dicho, corrí hacía el parque.
Cuando llego, sólo busco una banca para sentarme y cargo a mi bebé.

"No llores, pequeño." Lo trataba de tranquilizar.

"Shh, shh. Perdón, tienes un papá muy torpe, espero que no me lo heredes." Lo arruyaba de un lado a otro.

Se tranquilizó por fin.

"Eres un llorón." Lo regañé, pero ver sus ojitos no pude y sólo me reí.

"Eres muy hermoso, cuándo lloras te ves feo, así que no llores."  Él sólo me miraba. Como lo amaba.

Empecé a jugar con sus pequeñas manos. Y me distraje, él era mi mundo.

"Hola, tu hermanito es muy hermoso."

Escuché una voy agena. Así que dirijo mi vista hacía la voz.
Era un chico, alto y con piel muy blanca.

"Hola, y gracias, pero no es mi hermanito." Le regalé una sonrisa al chico.

Éste se sentó a mi lado.
Y miraba a mi bebé.

"¿Es tu hijo?" Preguntó el tipo.

"Sí." Sólo dije. No me causaba confianza.

Lo miré de reojo y vi que tenía el cabello ondulado y largo y me miraba con el ceño frucido.

"Eres muy joven, ¿No crees?" Dijo, su voz era grave y un poco lenta.

"No. No lo creo."  Sólo le dediqué una mirada rápida .

Él me sonrió.

"¿Cómo se llama?" Dijo dirigiéndose a mi bebé.

"Mhm" sólo alce mis hombros.

La verdad mi bebé no tenía nombre aún. Tenía una semana para pensar su nombre, pero aún no se me ocurría nada.

"Aún no tiene nombre. " solté una risita.

Mi nuevo acompañante se rió.

"Si que eres nuevo en esto de la paternidad." Dijo con un tono de voz sorprendido.

"Sí. La verdad, es difícil. Aún no me acostumbro."

Me levanto y pongo al bebé de nuevo a su carriola, dormido.

"Ya me imagino." Dice y también se levanta.

"¿Cuál es tu nombre?" Pregunté.

Él me pareció una buena persona.
Y tal vez podamos ser amigos.

"Harry. Mi nombre es Harry, mucho gusto..."

"Louis. Yo me llamo Louis, y mucho gusto, Harry."

Su nombre es lindo.
Creo que así le pondré a mi hijo.

"¿Vives cerca de aquí, Louis?"

"Si, algo cerca de aquí." Dije ya agarrando la carriola para empezar a caminar.

Harry me siguió.

"Supongo que también vives por aquí. ¿No?." Le pregunté para saber sobre ese chico.

"Sí. Vivo cerca."

¿Por qué me seguía?

"¿Tienes hijos?"

"No. Aún no pienso destruir mi vida." Y me sonrió.

Eso me ofendió. Ser padre es la mejor bendición del mundo. (El padre luchador)

"Oh." Fue lo único que salió de mi boca.

Me dirigía ya a mi casa. Éste tipo ya me incomodaba.

"Fue un gusto conocerte, pero me tengo que ir." Me despedí.

"Espera. ¿Cuántos años tienes?"

Sólo lo ignoré.

Todos me preguntaban mi edad cuando me veían con mi pequeño.
Sólo saben juzgar.

Empecé a caminar y sentía que venía Harry, detrás de mi.

Estaba a una cuadra de mi casa y volteó para la dirección en dónde estaba Harry.

"¿Me estás siguiendo?"

Él sólo me miró y negó con la cabeza.

"No. Yo vivo igual por aquí."

"Oh. Entonces, eres mi vecino."

"Sí. ¿En dónde vives?" Preguntó.

"En aquella casa azul de dos pisos."  Dije y apunte mi casa.

"Yo vivo en la casa de atrás de tres pisos."  Dijo sonriendo y prosiguió "deberíamos ser amigos. Y así te ayudaría a ponerle un nombre a tu hijo."

Ese tipo era extraño y amigable.

"No es mala idea. Sería divertido."

"¿No quieres ir un rato a mi casa?, ya sabes, para conocernos mejor." Harry me preguntó con mucho nerviosismo.

"Está bien. No importa que mi bebé vaya ¿Cierto?"

"No. Ambos son bienvenidos."

Empezamos a caminar hasta su casa.
El dónde él vivía; era la casa que su ventana estaba polarizada.
Ya tenía la curiosidad de ir y no sabía por qué.

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⏰ Última actualización: May 29, 2017 ⏰

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